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Priya Shetty explora las verdades y los mitos sobre las enfermedades crónicas en el mundo en desarrollo.

El mundo en desarrollo se enfrenta a una nueva y mortal amenaza a la salud: las enfermedades crónicas. Enfermedades como el cáncer, la diabetes y los problemas cardiovasculares están superando rápidamente a las infecciosas y pasan a convertirse en las más grandes asesinas de los pobres en el mundo.

Las cifras son desalentadoras. Alrededor del 80 por ciento de las personas que mueren víctimas de una enfermedad crónica, no transmisible, vive en el mundo en desarrollo. En 2002, el número de personas que murió de cáncer alrededor del mundo (7.6 millones) fue superior a los 5.6 millones que en total murieron por VIH/SIDA, malaria y tuberculosis.

La situación tiende a empeorar. La incidencia de cáncer en el mundo aumentó en 19 por ciento entre 1990 y 2000, principalmente en los países en desarrollo. Se estima que entre 1990 y 2020, el número de muertes por cardiopatía isquémica (derivada de restricciones en el suministro sanguíneo) aumentará en 120 por ciento en el caso de las mujeres y 137 entre los varones. Entre los años 2000 y 2030, el número de personas con diabetes se incrementará de 171 millones a 366, de las cuales 298 millones vivirán en países pobres.

Leyenda: Cambios en las enfermedades en los países en desarrollo.

Fuente: International Journal of Epidemiology 2005; 34: 961-966

 

Leyenda: Prevalencia de la diabetes (millones)

Fuente: Adaptado de: International Journal for Equity in Health 2005, 4: 2)

Todo esto constituye una amenaza a la productividad económica, pues provoca un enorme drenaje a las economías de los países. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que durante la próxima década China está destinada a perder US$ 558 mil millones e India US$ 237 mil millones en sus ingresos nacionales a consecuencia de la diabetes, cardiopatías y accidentes cerebro-vasculares. Estos países no pueden darse el lujo de evitar hacer frente a las enfermedades crónicas.

Leyenda: Pérdidas económicas causadas por las enfermedades crónicas en los países en desarrollo

Fuente: Adaptado de The Lancet 370, 1929-38 (2007)

Vínculos entre enfermedades

Algunas enfermedades infecciosas coexisten entre ellas –por ejemplo, los portadores de VIH/SIDA tienen un alto riesgo de contraer tuberculosis debido a su reducida resistencia inmunológica. Del mismo modo, las enfermedades crónicas pueden estar vinculadas a otras manifestaciones de mala salud, tanto biológica como socialmente.

Por ejemplo, las madres con depresión tienen menos probabilidades de cuidar adecuadamente a sus bebes que aquellas madres que no están deprimidas, causando potencialmente problemas de salud a sus niños como alimentación deficiente o carencia de vacunación.

La diabetes del tipo 2 (no dependiente de insulina o diabetes del adulto) está estrechamente vinculada con la obesidad. Alrededor del 90 por ciento de los casos se atribuyen a un exceso de peso. La obesidad, a su vez, está asociada con las cardiopatías. Las personas obesas tienen cinco veces más probabilidades de sufrir hipertensión que las personas de peso saludable.

Problema doble

Estas tendencias suponen una amenaza especial para los sistemas de salud de los países en desarrollo. Las enfermedades crónicas no transmisibles matan en la actualidad a una proporción más grande de personas que las enfermedades infecciosas. Sin embargo, estas últimas aún significan una amenaza considerable para la salud de los pobres del mundo. En la India, por ejemplo, 2.5 millones de niños mueren cada año debido a infecciones como diarrea, malaria y neumonía.

Los sistemas de salud de los países en desarrollo, muchos de los cuales tienen bajos presupuestos y están sobresaturados, deben ahora hacer frente a esta doble carga. Pero mientras los sistemas mundiales de asistencia redireccionan millones cada año para combatir las enfermedades infecciosas en los países pobres, poco se destina, comparativamente, a las enfermedades crónicas.

Actualmente no existe ninguna iniciativa de los principales donantes para hacer frente a las enfermedades crónicas, a diferencia de lo que ocurre con la malaria o el VIH/SIDA. La Overseas Development Aid reporta que oficialmente la cooperación en salud fue de US$ 2.9 mil millones en 2002, de los cuales 0.1 por ciento fue destinado a enfermedades crónicas. La cifra real podría ser ligeramente superior, ya que el 30 por ciento de esta cantidad se destina a servicios básicos de salud, los cuales también se usan para tratar las enfermedades crónicas.

Gran parte de los datos disponibles sobre las tasas de las enfermedades crónicas provienen de la OMS, organismo que trata de construir un escenario definido que muestre la manera como tales enfermedades están afectando a las diferentes regiones del mundo. Conocer cómo están cambiando las tendencias de la enfermedad es importante, pero es mucho más importante entender por qué están cambiando.

Causa y efecto

Mucha gente aún cree que enfermedades como la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares solamente afectan a los pobladores de los países industrializados, y por lo tanto, más ricos, donde factores de riesgo como las comidas más grasosas, el menor ejercicio físico, y el hábito de fumar y beber son más frecuentes. Pero muchos países en desarrollo están experimentando una mejora en sus economías, con el correspondiente cambio de comportamientos.

Entre 2000 y 2005, el Producto Interno Bruto (PIB) de China creció a una tasa promedio de casi diez por ciento y el de la India en siete por ciento, mientras que el crecimiento promedio en otros países de ingresos bajos y medianos fue de cinco por ciento. En los países de altos ingresos, el PIB creció tan sólo dos por ciento en este periodo.

Mientras Brasil, China e India son los tres países con los más altos perfiles, muchos otros están logrando ser cada vez más ricos también.

En 2002, el aumento de la presión arterial (un importante factor de riesgo para las cardiopatías) fue parcialmente responsable del 15.8 por ciento de muertes en los Estados Unidos. Pero China, con 14.3 por ciento, y Brasil, con 12.7 por ciento, no se quedaron atrás.

Se cree que el principal problema que tiene Estados Unidos es el de la obesidad –en 2002, el 11.5 por ciento del total de muertes lo causó un incremento en el índice de masa corporal. En México, sin embargo, este porcentaje fue de 14.4, representando 639,400 años de vida perdidos.

La OMS ha creado una base de datos en línea de los factores de riesgo en 180 países, haciendo énfasis en factores clave tales como el uso de tabaco, la obesidad y la presión arterial.

Pero la riqueza y los riesgos no son las únicas causas del aumento de las enfermedades crónicas. En 2005, el porcentaje de personas de los países en desarrollo mayores de 65 años, era de 5.5 por ciento. Este segmento llegará a 9.8 por ciento en 2030 y a 15 por ciento para 2050 (ver gráfico).

Esto demuestra que los esfuerzos globales para resolver el problema de las enfermedades infecciosas está funcionando y la gente está viviendo más –pero con una mortal parte negativa. En otras palabras, la gente está viviendo el tiempo suficiente para que aumenten sus riesgos de contraer una enfermedad crónica.

Leyenda: Prevalencia de la obesidad, 2002

Source: Infobase/OMS

Leyenda: Velocidad del envejecimiento de la población

Fuente: Population Reference Bureau 2006

Estrategias rentables

Cualquier programa de cuidado de la salud debe competir con cientos de otras prioridades de financiamiento y, de modo especial en los países en desarrollo, la relación costo-eficacia con frecuencia determina si un programa será sostenible.

Hay varios medios de bajo costo para reducir el riesgo de las enfermedades crónicas. Reducir la ingesta de sal de la población en 15 por ciento y aplicar algunos elementos clave del marco de la OMS para el control del tabaquismo (por ejemplo, aumentar los impuestos al tabaco) cuesta muy poco, apenas US$ 0.14 por persona al año en los países en desarrollo.

Y un régimen multidrogas a base de estatinas, aspirinas y dos medicamentos que reducen la presión arterial para hacer frente a las enfermedades cardiovasculares, costaría US$ 0.43-0.90 al año en los países de bajos ingresos, y US$ 0.54-2.93 anualmente en los países de ingresos medianos, salvándose potencialmente de esta manera 17.9 millones de vida durante los próximos diez años.

El siguiente paso es investigar la forma de expandir estas medidas e incrementar la percepción pública en los países en desarrollo, a fin de que la gente esté dispuesta a comprometerse con tales estrategias.

Recuadro: Los cinco mitos principales sobre las enfermedades crónicas

Mito 1: Debemos combatir en primer lugar al VIH/SIDA, la TBC y la malaria.
Las enfermedades crónicas se están desarrollando paralelamente a las enfermedades infecciosas y muchas personas están muriendo por una combinación de ambas. Por lo tanto, los sistemas de cuidado de la salud necesitan hacer frente a ambos tipos de enfermedades al mismo tiempo, especialmente en la medida que las enfermedades infecciosas se pueden volver crónicas.

Mito 2: El crecimiento económico mejorará automáticamente todas las condiciones de salud.
El desarrollo puede mejorar la salud, pero el crecimiento económico también puede estimular el crecimiento de enfermedades acordes con el nuevo ‘estilo de vida’, tales como la diabetes.

Mito 3: La elección de un estilo de vida dañino causa enfermedades crónicas, por lo que la responsabilidad es de cada individuo.
El contexto social y cultural influye en las elecciones personales de los individuos. Así, los gobiernos, la industria y otros sectores juegan también un papel importante.

Mito 4: Las enfermedades crónicas son problemas de los ricos y de los viejos.
Un estatus socio-económico bajo aumenta la exposición a factores de riesgo y disminuye el acceso a una buena atención médica. En los países en desarrollo, los individuos en alto riesgo son mucho más jóvenes que en los países desarrollados.

Mito 5: El tratamiento de las enfermedades crónicas es demasiado caro para los países pobres.
Las investigaciones indican que algunas estrategias, como la reducción de la ingesta de sal, se pueden conseguir por tan sólo unos cuantos centavos por persona por año. 

Adaptado de Mitos sobre las Enfermedades Crónicas, The Oxford Health Alliance, con información adicional del suplemento sobre enfermedades crónicas de The Lancet (diciembre 2007).

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