22/03/07

¿Qué pueden hacer los periodistas contra la TB?

Los periodistas pueden aumentar la conciencia sobre los tratamientos contra la TB Crédito de la imagen: SciDev.Net/Tonks

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Los periodistas cumplen un papel clave al difundir informaciones sobre la tuberculosis y al llamar la atención de los generadores de política sobre sus principales temas.


Cincuenta años atrás, la tuberculosis (TB) había casi desaparecido del mundo desarrollado, en gran parte gracias al antibiótico estreptomicina. Este tratamiento también prometía eliminarla en el mundo en desarrollo.


Pero hoy, nuevas formas de tuberculosis se presentan en muchos países desarrollados. Y en aquellos en vía de desarrollo su propagación es aún más rápida, con más de un millón de muertes al año.


Se señalan dos razones que explican ese inquietante aumento. Primero, el surgimiento de cepas de la enfermedad resistentes a drogas, en particular la variante que más las resiste (XDR-TB) y que ha demostrado ser supremamente letal en Sudáfrica (ver ‘South Africa told: TB epidemic needs tough measures’). Segundo, la disminución de la inmunidad que ha generado el VIH/SIDA estimula la propagación de la TB en individuos infectados.


No sería correcto alegar que la comunidad biomédica ignora esos motivos. Las agencias internacionales, tales como la Organización Mundial de la Salud y fundaciones privadas, particularmente la Fundación Bill y Melinda Gates, prestan cada vez más atención al control de la TB. Como resultado, se estableció un canal de suministro de nuevos medicamentos  y vacunas que prometen, al menos en principio, volver a vencer a la enfermedad.


El papel de los periodistas


Pero es necesario hacer mucho más, como se destacará durante los eventos organizados para el Día Mundial de la Tuberculosis (24 de marzo). Lo más obvio es la necesidad de más dinero; todavía existe una gran brecha entre los fondos necesarios para los programas contra la TB y los compromisos financieros de las agencias de cooperación occidentales.


Sin embargo, es igualmente importante la necesidad de mayor conciencia en las comunidades públicas y políticas con relación a la TB.


Los periodistas cumplen un papel importante en la difusión de la información — tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo — sobre la naturaleza y extensión de la enfermedad, las deficiencias de los tratamientos actuales y las posibilidades futuras de mejorar el control.


El periodismo que informa de manera adecuada puede igualmente generar una presión pública que obligue a los políticos a actuar. Es notorio que, en los Estados Unidos, la presión pública por medio de la prensa — de grupos formados para apoyar investigaciones sobre enfermedades específicas — cumple un papel clave al persuadir al congreso a incentivar la inversión en investigación biomédica.


En el mundo en desarrollo, tales grupos son escasos. Cuando existen, su influencia sobre los políticos suele ser más limitada. Un motivo más para que los periodistas llamen la atención de los generadores de política sobre importantes temas, tal como la necesidad de luchar contra la propagación de la TB, especialmente en sus formas más virulentas, y las diferentes formas de combatirla.


Dificultades de la información en salud


Esta no es una tarea fácil. En África, por ejemplo, muchos periodistas dicen que tienen dificultad para conseguir artículos relacionados con la salud que puedan ser aceptados por los editores de noticias ya que, a menudo,  tales artículos se convierten en lecturas desalentadoras que no son muy vendedoras. Otros señalan que no suelen tener el entrenamiento necesario en la materia para tratar con confianza estos artículos.


Otro factor es que enfermedades menos conocidas como la TB suelen ser eclipsadas por las enfermedades de alto perfil, particularmente el VIH/SIDA. Una encuesta realizada en 2002 reveló que un importante periódico de Kenia le dedicaba 10 por ciento de sus artículos periodísticos al VIH/SIDA, 2,8 por ciento a la malaria y menos de uno por ciento a la tuberculosis.


También existe el problema del lenguaje. En Sudáfrica, por ejemplo, las organizaciones de investigación médica y los departamentos de salud involucrados en el monitoreo y en la respuesta a la XDR-TB, sólo están preparados para comunicarse en inglés. Como consecuencia, hay una cantidad considerable de noticias sobre la TB en los diarios de lengua inglesa, pero muchos sudafricanos desconocen la amenaza de la XDR-TB. Si no hay más información científica en Zulú, Xhosa o Sotho, es poco probable que la situación cambie.


Mejores prácticas


En los últimos años se han explorado diversas formas de combatir este problema.


El proyecto Maisha Yetu — realizado por la Fundación Internacional de Medios de Comunicación de Mujeres — comenzó analizando la cobertura periodística del VIH/SIDA, TB y malaria en cinco países africanos en 2004 y, a continuación, lanzó un programa para desarrollar mejor información sobre salud dentro de las organizaciones de los medios de comunicación en Botswana, Kenia y Senegal.


En este último país, el resultado fue un aumento de 20 a 30 por ciento en el número de artículos escritos por periodistas provinciales sobre el VIH/SIDA, TB y malaria.


Considerando las experiencias adquiridas en sus esfuerzos prácticos y de investigación, el proyecto propuso una lista con las ocho mejores prácticas de información sobre salud:


1.       Persuadir a los editores jefes y a la administración a que apoyen los artículos de salud;


2.       Aumentar el profesionalismo de los periodistas de salud a través de programas de entrenamiento personalizados;


3.       Construir un nicho profesional para los periodistas de salud;


4.       Compartir recursos entre los periodistas;


5.       Diversificar las fuentes de información;


6.       Informar desde afuera de la sala de redacción;


7.       Mantener contacto regular con las personas involucradas en los proyectos de salud en todos los niveles;


8.       Aprender a influenciar la política editorial de los medios


Este año se conmemora el 125° aniversario del descubrimiento de Robert Koch, la Mycobacterium tuberculosis. Esperemos que esto les permita, a los periodistas y a sus editores, conseguir un poco más de espacio para informar sobre esa enfermedad destructiva. Y, tal vez,  también podrán aprovechar la oportunidad  para reflexionar sobre por qué es tan difícil lograr espacio durante el resto del año y sobre lo que pueden hacer sobre el tema.


David Dickson
Director, SciDev.Net