15/06/13

Declaración cuestiona factor de impacto de publicaciones

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Crédito de la imagen: Binghamton University Libraries

De un vistazo

  • La ‘Declaración de San Francisco sobre Evaluación de Investigaciones’ ha sido formada por más de 6 mil individuos y organizaciones científicas
  • Esta critica la supremacía del factor de impacto (FI) de las revistas científicas
  • Editores e investigadores latinoamericanos apoyan sus planteamientos

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[SANTIAGO] Mejorar la evaluación de la producción científica es el llamado de la ‘Declaración de San Francisco sobre Evaluación de Investigaciones’, divulgada el pasado 16 de mayo, y que hasta el 31 de mayo habían firmado 6.573 individuos y 258 organizaciones científicas de todo el mundo. 

Entre los firmantes se cuentan universidades y sociedades científicas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Uruguay y Venezuela. 

La declaración, iniciada por la Sociedad Americana de Biología Celular (ASCB) y un grupo de editores y editoriales de revistas académicas, apunta sus dardos al factor de impacto (FI) de las revistas, calculado por la empresa Thompson Reuters a partir del número de citaciones de los artículos publicados en los dos últimos años.

Las críticas al FI incluyen el medir la popularidad de revistas científicas por el número de citas, aun cuando se trate de uno o dos artículos; contabilizar con la misma vara investigaciones originales y reseñas; y usar indicadores manipulables que “no son transparentes ni de libre disposición”. 



El documento conmina a científicos, agencias de financiamiento, instituciones de investigación, editores y servicios bibliométricos a no usar el FI y sistemas de medición similares para decidir qué financiar o a quién contratar o promover. 



También propone evaluar las investigaciones por su calidad, no por el FI de las revistas que las publican. 



Ricardo Lourenço-de-Oliveira, editor de la revista Impacto, publicada por la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Brasil, dice a SciDev.Net que aprueba la declaración en su totalidad. 



Agrega que en Brasil el FI se usa mucho para promociones y financiamiento de investigaciones. Los presupuestos para los laboratorios de Fiocruz, dice, se determinan de acuerdo al promedio de producción científica de los últimos tres años. 



“Concuerdo con esta práctica, pero no con el hecho de que los puntajes asignados a cada publicación dependan del FI de la revista donde se publicó y no de cuánto contribuye al conocimiento”. 



En Chile, la Comisión de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt) usa el FI para decidir la entrega de recursos a concursantes de sus fondos para investigadores. 



Humberto Reyes, editor de la Revista Médica de Chile, dice a SciDev.Net que es indispensable evaluar las investigaciones por sus propios méritos, pero agrega que [la declaración] “no propone una metodología que permita sustituir al FI sin el riesgo de incurrir en otros errores”. 



Añade que el uso prioritario o exclusivo del FI como indicador bibliométrico “es un error histórico perverso”, particularmente para las revistas que se publican en idiomas distintos al inglés. 



Lourenço-de-Oliveira coincide con un editorial publicado en Science (17 de mayo) [1] indicando que el FI desincentiva investigaciones pioneras —que pueden tomar años durante los cuales el investigador no publicará nada— e induce a concentrarse en áreas donde las posibilidades de obtener citas son mayores.