02/05/15

Cómo forjar una ‘cultura de la evidencia’

Cientifico World Bank Photo Collection Flickr
Crédito de la imagen: World Bank Photo Collection / Flickr

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[LIMA] “No todo conocimiento es relevante para las políticas públicas”. Con esta aseveración, un tanto provocadora, Omar Narrea, hizo reflexionar a un centenar de especialistas en gestión pública ávidos de conocer cómo lograr que los formuladores de política tengan en cuenta la evidencia científica al momento de tomar decisiones sobre el desarrollo.

Narrea es coordinador de evaluaciones de diseño y ejecución del presupuesto por resultados del Ministerio de Economía y Finanzas del Perú y fue uno de los expositores de la primera reunión pública de la Alianza Peruana para el Uso de la Evidencia, colectivo que promueve el debate sobre los métodos, herramientas y capacidades para generar una cultura que fomente el uso crítico de evidencia en la toma de decisiones. 
 
El tema viene siendo impulsado globalmente por diversas instituciones internacionales que fomentan el uso de la evidencia en la política y la práctica social. La alianza peruana cuenta con el apoyo del gobierno británico por medio del proyecto Building Capacity for Use of Research Evidence

Menos del 40 por ciento de evidencias presentadas en salud se convirtieron en políticas públicas.

Lely Solari

Pero para que los resultados de la investigación lleguen a quienes toman decisiones hacen faltan resolver muchos aspectos previos, como quedó demostrado durante la reunión realizada el 29 de abril en Lima. En el caso peruano, ya se cuenta con algunos instrumentos para llevar el conocimiento a la gestión pública, pero aún son pocos los diseñadores de política que usan la evidencia.

“Menos del 40 por ciento de evidencias presentadas en salud se convirtieron en políticas públicas”, señaló Lely Solari, investigadora asociada de la Unidad de Análisis y Generación de Evidencia en Salud Pública del Instituto Nacional de Salud, otra de las expositoras.

Reconoce que hace falta construir un sistema de evidencias lo suficientemente sólido para que los políticos se convenzan de su utilidad. “Tenemos muchos altibajos: hay gestiones que sí usan la evidencia, pero algunos ministros la ven como un obstáculo potencial para una gestión eficiente y no la usan”, dice.

Cómo establecer las prioridades cuando ya se tiene la evidencia; cómo traducir el conocimiento para que llegue a personas que a veces solo tienen menos de 10 minutos para leer un resumen y cómo superar la aún enorme brecha de recursos humanos, son solo algunos de los aspectos por resolver que emergieron en esta primera reunión.

Para Narrea el reto de construir una cultura de evidencia pasa por dotar de recursos y facilidades a las instituciones para que puedan generar las evidencias que se requieren para el diseño de políticas.

La Alianza tiene previsto realizar otra reunión pública en el transcurso del año y continuar con su campaña de concientización a través  de las redes sociales, plataformas virtuales y reuniones presenciales.