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Aunque hoy nadie cuestiona la importancia de la ciencia y la tecnología como mecanismos para sostener las altas tasas de crecimiento económico de un país, en Chile la discusión de estos temas pareciera estar recluida a unos pocos científicos y algunos empresarios dispuestos a invertir en estas áreas.


A nivel estatal el esfuerzo en investigación y desarrollo es bastante bajo, muy fragmentado y, por lo mismo, poco efectivo, plantea José Miguel Benavente.


El economista e investigador de la Universidad de Chile agrega que, además, las instituciones estatales administran un presupuesto irrisorio.


Sólo para hacerse una idea, lo que todo el estado chileno gasta en I+D es menos de la mitad de lo que invierte una empresa farmacéutica mediana en el mundo desarrollado.


El columnista plantea que en Chile es necesario darle mayor importancia a la innovación tecnológica e incorporarla en forma seria en las discusiones políticas.


Enlace al artículo completo en La Tercera