12/06/12

Objetivos de desarrollo sostenible deben considerar ODM

Economías emergentes como Brasil necesitan equilibrar el crecimiento con la sostenibilidad Crédito de la imagen: Flickr/Daniel Berkowitz

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

Debates sobre los nuevos objetivos de desarrollo sostenible deben prestar atención a lecciones aprendidas de los ODM, dice Jeffrey D. Sachs.

Aquellos que debaten la sustancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) deberían aprender de las lecciones de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y enfocarse en los desafíos relevantes para todos los países, no solo los de bajos ingresos, dice Jeffrey D. Sachs, exasesor especial de la ONU sobre ODM.

Aunque los ODM han tenido tanto beneficios como carencias, la mayoría de quienes diseñan las políticas y las partes interesadas están de acuerdo en que ellos han estimulado el progreso hacia la reducción de la pobreza y que un nuevo paquete de objetivos —que se espera sancionar este mes en Río+20— debería implementarse después de 2015, cuando los ODM terminen oficialmente.

La necesidad urgente de un desarrollo sostenible significa que las propuestas para los ODS han sido bien recibidas, dice Sachs. La mayoría de los países buscan desarrollo económico, sostenibilidad ambiental e inclusión social, “el llamado enfoque de la triple línea de base para el bienestar humano”.

Este artículo es parte de nuestra cobertura de los preparativos para Río+20, la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible de la ONU (20 a 22 de junio 2012). Para otros artículos, ingrese a Ciencia en Río+20

Los ODS deberían estar organizados en torno a esas tres amplias categorías que Sachs sugiere, y alcanzar cualquiera de ellos dependerá de esfuerzos globales para lograr todos ellos, así como la buena gobernanza del gobierno y del sector privado.

Las lecciones aprendidas de los ODM podrían beneficiar a los ODS, dice Sachs. El apoyo continuo a los ODM, 12 años después de su adopción, se reduce a tres puntos fuertes: la simplicidad, lo que hace que sea fácil comunicar sobre ellos; su foco en cuestiones morales y prácticas, en lugar de compromisos que llevan tiempo y que son jurídicamente vinculantes; y la adopción de medidas específicas y ejecutables.

También hay lecciones para aprender de sus debilidades. Por ejemplo, los ODS deberían asegurar que existan hitos inmediatos para cada objetivo, así como datos precisos y oportunos.

Mientras que las metas de los ODM se establecieron principalmente para los países pobres, los ODS serán mundiales, y las economías emergentes tendrán un papel fundamental, como líderes con sus propios desafíos, para equilibrar la sostenibilidad con el crecimiento económico.

Sachs concluye que los ODS necesitarán “una movilización sin precedente de conocimiento mundial que opere a través de varios sectores y regiones”, y alcanzarlos requerirá un cambio tecnológico y social.

Enlace al artículo completo en The Lancet

Este artículo es parte de la cobertura sobre Ciencia en Río+20