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[CIUDAD DE MÉXICO] Una encuesta realizada por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) entre casi 11 mil miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) reveló que están poco claras las prioridades de la administración del Presidente Vicente Fox en ciencia y tecnología.


Además, los científicos mexicanos evaluaron negativamente el desempeño del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).


A la pregunta “¿Cuál considera usted que es la prioridad del gobierno federal en materia de política de ciencia y tecnología?”, el 24 por ciento de quienes respondieron dijo que “ninguna”, y un cinco por ciento adicional dijo no saber.


En cuanto a los logros alcanzados por la presente administración, los resultados son peores: cerca del 80 por ciento de las respuestas indican que se ha avanzado “poco o nada” hacia las metas de desarrollo científico propuestas por el propio gobierno federal al principio de su gestión, en el año 2000.


La encuesta reporta que “está muy extendida la opinión de que se ha descuidado la relación entre generación y aplicación del conocimiento”.


Los encuestados criticaron duramente el acceso a los fondos otorgados por CONACYT, señalando la insuficiencia de los recursos financieros como el principal problema, y la distribución inadecuada de los mismos en el tercer lugar de gravedad.


Sólo el diez por ciento de los investigadores aceptan que las convocatorias de CONACYT están orientadas a estimular las líneas de investigación que el país necesita, y el cuatro por ciento piensa que ellas estimulan la innovación.


Paradójicamente, el 37 por ciento de los encuestados opinó que estimulan la agenda de investigación en curso de las instituciones científicas.


CONACYT ha descalificado reiteradamente la solidez metodológica de la encuesta y ha cuestionado la validez de sus resultados.


En un documento repartido a miembros de la prensa, pero que no está disponible en sus propias páginas de Internet, CONACYT apunta que la “elevada tasa de no respuesta” hace que “esas preguntas no necesariamente reflejan la confiabilidad de la respuesta total”, según reportó el diario El Universal.


Por su parte, el diario Reforma informó que ese mismo documento objeta incluso un sesgo entre quienes respondieron.


“Es posible que las personas que respondieron son principalmente aquellas que se encuentran inconformes con el CONACYT, con el objetivo de hacer patente dicha inconformidad,” según cita entrecomillada en el rotativo.


La encuesta, disponible en las páginas de Internet de la AMC, reconoce explícitamente sus limitaciones metodológicas.


“Debido a que este ejercicio (…) no está basado en una muestra probabilística, en estricto sentido no se puede hacer inferencias estadísticamente válidas de la opinión del universo de los investigadores del SIN.”

Empero, agrega que “no hay evidencia para suponer diferencias de opinión entre los investigadores que respondieron el cuestionario y quiénes que no lo hicieron”.