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[BUENOS AIRES] El gobierno argentino debería permitir la clonación de embriones humanos para la investigación en el tratamiento de enfermedades — la ‘clonación terapéutica’ — , pero debería seguir prohibiendo la clonación con fines reproductivos, según un comité consejero de primer nivel en la ética de la ciencia.


En un documento presentado el mes último, el Comité de Etica en la Ciencia y la Tecnología pide al gobierno que modifique su actual prohibición a todas las formas de clonación humana, que fue impuesta en 1997 por el entonces presidente Carlos Menem.


“Consideramos que la clonación reproductiva — esto es, la clonación de un ser humano — no debe ser permitida. No es segura, ni desde un punto biológico ni desde uno técnico”, dice el biólogo Alberto Kornblihtt, un miembro del comité, que está compuesto por 10 investigadores en ciencias naturales y sociales de primer nivel de la Argentina. “Aun si los problemas técnicos son resueltos, la clonación reproductiva es injustificable desde un punto de vista médico y social.”


Pero agrega: “Lo que sí apoyamos es el uso de la clonación para estudiar remedios para enfermedades mortales.” Muchos científicos dicen que esta técnica podía ayudar a curar diversas enfermedades degenerativas, como el Parkinson.


En 2001, la Argentina fue una de entre una serie de países — incluyendo los Estados Unidos — que propusieron una resolución a las Naciones Unidas para vedar cualquier forma de clonación humana. Las Naciones Unidas debían votar esta disposición en 2003, pero la decisión fue pospuesta por un año luego de que no hubiera acuerdo para definir si la clonación terapéutica debe ser incluida en la veda (ver UN backs off rush vote on human cloning).


El comité, que fue formado por el Secretario de Ciencia argentino en 2001 para que lo aconsejara en las cuestiones éticas de la ciencia, sugiere que el presidente Néstor Kirchner debería modificar la posición del país y quitar su apoyo a cualquier prohibición de la ONU que hiciera ilegal la clonación terapéutica.


El reporte del comité no tiene peso legal. Pero Kornblihtt dice que las recomendaciones “siguen la posición tomada por 63 academias de ciencia de todo el mundo, incluyendo la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Argentina, y la Human Genome Organisation” (see Science bodies urge support for ‘therapeutic cloning’).


La Argentina tiene cierta experiencia en clonación animal. En agosto de 2002, una ternera clonada, “Pampita”, nació en el país. Y un científico argentino, José Cibelli, fue un colaborador cercano de los científicos de Corea del Sur que produjeron los primeros embriones humanos clonados en febrero último.


Esta cuestión trae discusiones en toda la región. Al principio de este año, Panamá se convirtió en la primera nación de América central que aprobó la clonación terapéutica, pero esta técnica podría ser prohibida en Brasil si el Senado aprueba una ley propuesta que está en este momento en el Parlamento.