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[QUITO] La falta de un marco normativo mantiene en suspenso la formación de doctores (PhDs) en Ecuador. Con 12,3 millones de habitantes y 62 universidades, entre públicas y privadas, el país cuenta con apenas 172 especialistas con título doctoral con reconocimiento internacional (PhD).


“El número de doctores en Ecuador es muy bajo para las necesidades de un país que no alcanza el desarrollo,” afirma Nelson Medina, PhD en Física y profesor de la Escuela Politécnica Nacional (EPN).


Hasta el año 2000, las universidades ecuatorianas otorgaban los títulos de PhD a especialistas en ciencias sociales. Los graduados en ingenierías, física y carreras afines que buscaban obtener un PhD recurrían a una modalidad mixta, que consistía en realizar los estudios de especialización en una universidad extranjera y elaborar la tesis doctoral en Ecuador. Esta modalidad  fue aplicada mayoritariamente por la EPN, en convenio con universidades del exterior.


La Ley de Educación Superior, expedida en el año 2000, dejó en el limbo esas prácticas. Esta Ley determinó que para otorgar los títulos de PhD – sea en las ramas sociales, naturales o exactas – las universidades debían cumplir ciertos requisitos académicos, los cuales debían ser establecidos mediante una normativa.

Tal normativa aún no ha sido emitida y esa situación mantiene en vilo a estudiantes que buscan especializarse en el Ecuador pues desde el año 2001 – cuando la Ley entró en vigencia – dejaron de expedirse títulos.


César Esquetini, director académico del Consejo de Educación Superior (Conesup), afirma que el reglamento estará vigente a más tardar dentro de un mes.


En la actualidad, la única alternativa para los ecuatorianos que requieren obtener un título a nivel de PhD es optar por estudios de especialización en el exterior. El programa de capacitación de la Fundación para la Ciencia y Tecnología (Fundacyt) permitió financiar estudios de especialización a nivel de maestrías y doctorados a 150 estudiantes, en los últimos cinco años. Como contraparte, los estudiantes se comprometen a regresar al país.


Y a pesar de todos los esfuerzos para obtener su título de especialización, la mayoría de PhDs ecuatorianos no se dedica a la investigación, sino a la docencia: de los 172, 117 subsisten como profesores antes que como investigadores. Solo los 55 restantes pueden dedicarse a investigar y seguir produciendo nuevos conocimientos.

“Es paradójico especializarse tanto y no encontrar una posibilidad de trabajo en el mundo científico, sino tener que ganarse la vida enseñando,” afirma Víctor H. Espín, PhD en genética por la Universidad de Glasgow.