17/06/17

Hidroeléctricas causan daños irreversibles en Amazonía

represa Global Water Partnership
Crédito de la imagen: Global Water Partnership

De un vistazo

  • Hay 140 represas construidas o construyéndose y otras 288 planificadas en cuenca amazónica
  • Equipo multidisciplinario desarrolló Índice de Vulnerabilidad Ambiental de Represas para medir impactos
  • Cambio en curso de ríos, alteración en sedimentos y cambios climáticos regionales entre los daños

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La cuenca amazónica podría sufrir daños irreversibles, a nivel hemisférico, de construirse las centenas de represas planificadas en sus afluentes, advierte un estudio que evaluó los impactos ya percibidos de 140 represas construidas o en construcción en la región y los potenciales riesgos de otras 288 en planificación.

Para medir los impactos ya existentes y prever otros futuros, los autores desarrollaron un Índice de Vulnerabilidad Ambiental de Represas que cuantifica —en una escala de 0 a 100— los niveles de vulnerabilidad de las intervenciones, la erosión y la contaminación por sedimentos acumulados, además de los cambios en los sistemas pluviales originados por las presas.

“Los efectos acumulativos de las presas de la cuenca amazónica cambiarán el flujo de sedimentos al Océano Atlántico y provocarán cambios climáticos regionales que van a impactar los ambientes de la costa noreste de América del Sur”.

Edgardo Latrubesse, Universidad de Texas

El río Madeira, donde están instaladas las megahidroeléctricas Jirau y San Antonio, alcanzó los mayores niveles en la escala —por encima de 80— cuando se consideraron las represas adicionales planificadas aguas arriba, en la frontera Brasil-Bolivia, en los Andes. Ese río es responsable de casi la mitad de la carga de sedimentos y de la mayor diversidad de peces en el sistema pluvial amazónico.

Según el artículo publicado en Nature, el Tapajós, con 28 represas en sus afluentes, también está amenazado: si las otras represas se construyen y continúa la deforestación, el curso de este río podría modificarse.

“Los efectos acumulativos de las presas de la cuenca amazónica cambiarán el flujo de sedimentos al Océano Atlántico y provocarán cambios climáticos regionales que van a impactar los ambientes de la costa noreste de América del Sur”, afirma Edgardo Latrubesse, profesor del departamento de geografía de la Universidad de Texas y autor principal del estudio multidisciplinario que reunió a investigadores de diez universidades.

El equipo reconoce la importancia de la producción de energía hidroeléctrica, pero se pregunta si vale la pena alterar para siempre los principales ríos del mundo en una sola generación.

“Se requiere una sólida base de estudios científicos y ambientales y una búsqueda simultánea de alternativas energéticas que hagan posible la preservación no solo de los bosques y las cuotas de carbono, sino que además tomen en cuenta la preservación de los recursos y su manejo sostenible”, añade Latrubesse, quien también es profesor de posgrado en geociencias y medio ambiente de la UNESP-Rio Claro.

Su opinión es compartida por Adalberto Luis Val, ex director del Instituto Nacional de Investigación de la Amazonía y miembro de la Academia Brasileña de Ciencias, quien no participó en el estudio.

“Si la decisión es construir represas en la Amazonía para generar energía eléctrica como lo requieren la región y el país, es necesario buscar lugares que generen menores impactos. Tenemos que caminar en dos direcciones: primero, diseñar alternativas tecnológicas que tengan impacto reducido o mínimo; segundo, mapear adecuadamente los efectos de las represas sobre el ambiente amazónico y las especies que viven allí. Los ejemplos de las represas que tenemos en la región indican que los efectos son dramáticos”, concluye.
  
Enlace al artículo en Nature.com.