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[SÃO PAULO] El gobierno brasileño concedió a grandes petroleras mundiales el derecho a explotación de seis bloques del presal, como se conoce a los yacimiento petrolíferos almacenados a entre 3.500 y 5.500 metros bajo el suelo marino.
Si bien el gobierno informó que esta medida supuso para el país US$ 1,8 mil millones (6,15 mil millones de reales), además traer inversiones y estimular la economía, se ha realizado con poca transparencia y diálogo con las comunidades próximas al área de explotación, denuncia la organización ambiental 350.org.
La concesión de estos bloques, localizados en la Cuenca de Santos, en São Paulo, fue durante dos rondas de licitaciones realizadas por la Agencia Brasileña del Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP) en 27 de octubre, en Rio de Janeiro.
“Además de impedir la participación de público en las licitaciones y no consultar a las comunidades afectadas, la ANP negó acceso a datos técnicos sobre las áreas donde se ubican los bloques”, dice a SciDev.Net Nicole Oliveira, directora de la 350.org en Brasil y América Latina.
El descubrimiento de los yacimientos del presal —ocurrido en 2006— está entre los más importantes en la última década. Estos pozos se componen de grandes cantidades de petróleo de excelente calidad y alto valor comercial.
Con la tecnología ya disponible para explotar las reservas del presal, se estima que en los próximos años Brasil producirá unas 80.000 millones de barriles de petróleo.
No obstante, Nicole señala que la explotación de esas reservas liberará más de 3.000 millones de toneladas de monóxido de carbono (CO) a la atmósfera.
Eso podría transformar a Brasil en uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero y comprometer su capacidad de cumplir las metas de combate al calentamiento global establecidas en el Acuerdo de París, del que Brasil es signatario.
“La explotación del presal también podrá en riesgo especies marinas amenazadas e intensificará el peligro de derrames de petróleo en el mar”, señala. “Así que iremos solicitar judicialmente la anulación de las licitaciones y la suspensión de las ofertas”, añade.
Para Paulo Artaxo, del Instituto de Física de la Universidad de São Paulo (IF-USP), Brasil, las licitaciones de las áreas de explotación del presal van contra los intereses del pueblo brasileño y los principios del Acuerdo de París.
“El país debe dejar sus reservas de petróleo en el subsuelo y concentrarse en la explotación de su potencial de producción de combustibles limpios”, dice a SciDev.Net.
“Esto es urgente si no queremos aumentar la temperatura del planeta en 3 a 5ºC en promedio, lo que traerá perjuicios socioeconómicos incalculables”, señala el investigador, que también es uno de los coordinadores del Programa FAPESP de Investigaciones sobre Cambios Climáticos Globales.
Nicole añade que si se mantiene la actual curva de emisiones y las inversiones en combustibles fósiles, será imposible que Brasil logre disminuir en 37 por ciento las emisiones de dióxido de carbono (CO2) para 2025, como se comprometió en el Acuerdo de París.
SciDev.Net contactó a autoridades de la ANP, pero no hicieron comentarios.
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