11/12/15

Compás de espera para acuerdo climático

panel cientificos by martin
Crédito de la imagen: Martín de Ambrosio

De un vistazo

  • Hay por lo menos cuatro temas pendientes de decisión y competen a futuro de países en desarrollo
  • Minimización de derechos humanos y de indígenas generan descontento entre organizaciones civiles
  • Según científicos, texto de acuerdo no es suficientemente operativo para metas de largo alcance

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[PARIS] A escasas horas de la culminación oficial de la COP21 en París, el acuerdo climático se hace esperar, pese a los avances en los sucesivos “borradores” del documento a firmarse, que tiene cada vez menos opciones entre paréntesis.
 
Entre los temas importantes que restan decidir figuran la diferenciación en las responsabilidades, y el reconocimiento de las vulnerabilidades climáticas y no solo económicas, ambos pedidos por los países en desarrollo; y las finanzas, es decir, quién y cómo se pone el dinero para las adaptaciones tecnológicas.
 
Otro punto es el estatus de lo que se firmará. Como está claro que Estados Unidos puede tener problemas para refrendar un acuerdo vinculante (con números detallados de las ambiciones) se busca alguna herramienta intermedia que permita que sea “vinculante pero no tanto”.

“[El texto] es más débil que el de Copenhague, que incluía temas sobre reducción de emisiones de aviación y transporte marítimo”.

Kevin Anderson, Centro Tyndall de Investigación del Cambio Climático

Al respecto, Fabiana Loguzzo, una de las delegadas de Argentina, contó en rueda de prensa informal que ya habría prevista una reunión en Nueva York en abril para los países que acepten el tratado. “La idea es que esté abierto a la firma durante un año entero”, mencionó.
 
Otra controversia es respecto a la minimización de los derechos indígenas dentro del acuerdo. Si bien en total hay seis menciones al tema, dos de ellas en el preámbulo,  resultan insuficientes, a juicio de organizaciones indígenas y defensoras de los derechos humanos.
 
Vicky Tauli-Corpuz, relatora especial de la ONU sobre derechos de los pueblos indígenas, dijo que estos habían sido marginados por no ser miembros partes.
 
Durante los dos últimos días los enviados de los países —oficialmente son 196 delegaciones, aunque muchas negocian en grupos, en función geográfica o por intereses y simpatías políticas— se reunieron hasta altísimas horas de la madrugada.
 
En todas estuvo el canciller local y presidente de la COP, Laurent Fabius. Su estrategia consistió en armar pequeños grupos que debían decidir en media hora cómo solucionar algún tema ríspido surgido en la discusión.
 
Mientras tanto, en la mañana del viernes 11, en una sobresaturada conferencia de prensa, un grupo de científicos de distintas organizaciones internacionales criticó el texto y analizó lo que se viene en las futuras negociaciones.
 
Hans Joachim Schellnhuber, director del Instituto de Investigación del Impacto del Clima de Potsdam, señaló que “la formulación actual [del texto del acuerdo], que limita el calentamiento global a entre 1,5° y 2° está en línea con lo que dice el IPCC y la ciencia en general. Pero el resto no es suficientemente operativo para las metas de largo alcance”.
 
Más radical, Kevin Anderson, del Centro Tyndall de Investigación del Cambio Climático, de Manchester, dijo que el texto “es más débil que el de Copenhague, que incluía temas sobre reducción de emisiones de aviación y transporte marítimo, que juntas son como todo lo que emite el Reino Unido y Alemania”.


Su afirmación generó ruido en las redes sociales porque Copenhague es casi una palabra prohibida debido a que la COP celebrada allí resultó un fracaso en varios sentidos.
 
Pero también hay espacio para vislumbrar el futuro y allanar el camino hacia la COP22, como la revisión de la reducción de emisiones comprometidas por cada país, que será uno de los principales temas a considerarse en diciembre de 2016 en Marruecos.
 
Mientras tanto en las calles de París, la policía parece haber dejado en suspenso la prohición de marchas: el sábado  habrá al menos tres manifestaciones por la justicia climática.