06/01/14

Brasil puede conjugar productividad agrícola y protección

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Crédito de la imagen: Neil Palmer/CIAT/Flickr

De un vistazo

  • Una estrategia llamada Producción y Protección permitiría conjugar ambos factores en Brasil
  • La protección ambiental puede lograrse a través de políticas de incentivo e implementacion del Código Forestal
  • La productividad puede incrementarse haciendo más eficiente la explotación de terrenos que ya son agrícolas

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[RIO DE JANEIRO] Proteger los recursos naturales y desarrollar la producción agropecuaria son intereses normalmente contrapuestos, pero un estudio de la organización Iniciativa de Política Climática (CPI, en inglés) indica que una estrategia llamada Producción y Protección (PyP) puede lograr ambos objetivos simultáneamente en Brasil y otras naciones.
 
El estudio, publicado el 3 de diciembre, surgió por solicitud del Ministerio de Medio Ambiente (MMA) de Brasil, que quería ir más allá del combate contra la deforestación e integrar las políticas ambientales y económicas.

 

“[La diferencia de productividad entre las regiones brasileñas] proviene en su mayor parte de factores socioeconómicos que podrían ser objetivo de las políticas públicas”.

Juliano Assunção

En términos de protección ambiental, el documento destaca que el país avanzó en la conservación a gran escala —de 2003 a 2011 la deforestación en terrenos con más de 25 hectáreas cayó de 70 a 30 por ciento—, pero todavía hay desafíos en preservación de áreas pequeñas en propiedades privadas y en ecosistemas no amazónicos.
 
Para Juliano Assunção, director del CPI en Brasil y coautor del estudio, el gobierno tiene dos desafíos principales: “Desarrollar políticas que complementen los esfuerzos de fiscalización y vigilancia, así como implementar el Código Forestal, que es el instrumento más importante de protección en tierras privadas, principalmente en los demás biomas”.
 
André Nahur, coordinador interino del Programa de Cambio Climático y Energía de WWF Brasil, refuerza la importancia del monitoreo. “Replicar esos sistemas en otros biomas, como el cerrado y la mata atlántica, es esencial para combatir la deforestación y la degradación”, dice.
 
El estudio, en tanto, destaca los beneficios que tendría elevar los costos de talar vegetación nativa e instaurar incentivos que promuevan prácticas sostenibles.
 
En cuanto a la producción agrícola, indica que aumentar la productividad de tierras que ya son agrícolas reduciría la presión por talar bosques en otros lugares y señala que hay mucho espacio para aumentar la eficiencia en regiones menos productivas. 
 
La diferencia de productividad entre y dentro de las cinco regiones brasileñas “proviene en su mayor parte de factores socioeconómicos que podrían ser objetivo de las políticas públicas”, dice Assunção.
 
Entre las más importantes cita el aumento del acceso al crédito rural, que invirtió más de R$130 mil millones (US$54.708 millones) solo en 2013, y la mejora en la calidad de la infraestructura del sector, afectada por la baja capacidad de almacenamiento y problemas de transporte. “Pero la asistencia tecnológica, el mercado de alquiler de tierras y las cooperativas también muestran un gran potencial”, añade.
 
Para Carlos Klink, secretario nacional de Cambio Climático y Calidad Ambiental del MMA, el estudio muestra el camino para integrar las políticas públicas ambientales y económicas. Opina que los contactos previos con el sector privado y la sociedad civil mostraron respuestas positivas a la PyP. “Nuestra estrategia de PyP a nivel nacional nace ahora, con este estudio. Las próximas etapas son su comunicación y construcción”, señala.
 
Enlace al estudio de Climate Policy Initiative