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[SÃO PAULO] Los bosques de vegetación densa y cerrada, cómo la selva amazónica y la mata atlántica, serán los más afectados por los efectos del cambio climático en Brasil, convirtiéndose en formaciones vegetales más abiertas, al estilo de campiñas y sabanas.
Así concluyó un estudio de investigadores brasileños que mapeó los ambientes más vulnerables a la inestabilidad climática prevista para los próximos 50 años, describiendo y cuantificando sus efectos en la distribución de la vegetación nativa del país.
“Los cambios en la distribución de las áreas forestales en las próximas décadas también afectarán a las especies que las habitan, como en un efecto cascada”.
Marina Zanin, Universidad Federal del Espirito Santo
Ellos usaron mapas climáticos y datos sobre la distribución de la vegetación nativa para establecer la influencia del clima en ambientes distintos y los cruzaron con modelos basados en diferentes escenarios de emisión de gases de efecto invernadero.
Los resultados, publicados en la revista Anais da Academia Brasileira de Ciências, sugieren que los bosques con árboles imponentes y vegetación cerrada tenderán a retraer su distribución hasta en 50 por ciento, convirtiéndose en ambientes de vegetación abierta, con árboles bajos y cactáceos, proceso conocido como sabanización.
Eso porque los ambientes de vegetación abierta están acostumbrados al clima más seco y caliente que los ambientes forestales, más húmedos.
Los investigadores también verificaron que la porción occidental de la Amazonía brasileña sería menos afectada que la oriental, más próxima del llamado Arco del Desmonte, área conocida como frontera de expansión agropecuaria, que convierte grandes extensiones de selva en pasturas.
“Los cambios en la distribución de las áreas forestales en las próximas décadas también afectarán a las especies que las habitan, como en un efecto cascada”, advierte a SciDev.Net la bióloga Marina Zanin, del Departamento de Biología de la Universidad Federal del Espirito Santo (UFES), Brasil, y autora principal del estudio.
Los resultados, aunque preocupantes, proporcionan informaciones útiles sobre las consecuencias del cambio climático en diferentes tipos de ambientes, permitiendo el desarrollo de estrategias de conservación más adecuadas a la realidad de cada uno de ellos, añade.
Para la geógrafa Helena Ribeiro, del Departamento de Salud Ambiental de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de São Paulo (FSP-USP), Brasil, los resultados pueden considerarse alarmantes porque las tasas de biodiversidad pueden reducirse drásticamente.
> Enlace al artículo completo en Anais da Academia Brasileira de Ciências