21/08/13

Bacteria GM produciría drogas en masa contra parásitos

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Crédito de la imagen: CDC

De un vistazo

  • Bacteria GM, similar a las usadas en alimentación, produce proteínas contra parásitos
  • En experimentos con animales, la proteína demuestra ser más efectiva que las usadas actualmente
  • Aún falta que los ensayos lleguen a la etapa pre-clínica pero ya eso está previsto

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[SAO PAULO] Investigadores han producido una proteína capaz de eliminar gusanos parásitos intestinales, al modificar genéticamente una bacteria similar a las usadas en probióticos, lo cual genera esperanza de un tratamiento más barato y efectivo para enfermedades que afectan a más de dos mil millones de personas en el mundo.

Los investigadores ya habían demostrado que la proteína Cry5B era capaz de eliminar vermes parásitos. Esa proteína es generalmente producida por el Bacillus thuringiensis, una bacteria usada como insecticida y considerada segura para el consumo humano.

“Hay un creciente número de parásitos resistentes a drogas”

Rose Gomes Monnerat

Las bacterias que contienen esa proteína podrían ser un fármaco ideal contra parásitos intestinales en humanos, según los científicos, porque pueden producirse fácilmente, a bajo costo y en grandes cantidades, así como también pueden sea transportadas y almacenadas bajo condiciones adversas.

Los científicos insertaron el gen productor de la proteína Cry5B en la cepa de una bacteria semejante, la Bacillus subtilis, comúnmente utilizada en alimentos, como yogures probióticos.

En un primer momento mostraron que la cepa genéticamente modificada era capaz de producir la proteína y luego la probaron en un tratamiento contra gusanos parásitos en hámsteres.
Al administrarla en pequeñas dosis a los animales infectados con el parásito Ancylostoma ceylanicum  — el cual es capaz de infectar personas, y es relacionado con uno de los principales parásitos humanos, el A. duodenale —, la proteína redujo su presencia en 93 por ciento.

El estudio informa que el resultado es comparable o incluso más efectivo que los fármacos actualmente aprobados para el tratamiento contra lombrices, tricocéfalos y grandes gusanos redondos.

Esos parásitos intestinales “son las principales causas de enfermedades e incapacidad en niños y mujeres embarazadas alrededor del mundo” e “infectan sobre todo a personas pobres del mundo en desarrollo, contribuyendo a que se mantengan en esta situación”, de acuerdo con el artículo.

Rose Gomes Monnerat, científica en la Corporación Brasileña de Investigación Agrícola (Embrapa, por su sigla en portugués), y una de las investigadoras del estudio, dice a SciDev.Net: “El tratamiento de parásitos intestinales ha sido realizado con drogas muy tóxicas hasta ahora.”

“Hay también un creciente número de informes que reportan parásitos resistentes a esas drogas. Así, es importante tener alternativas para su tratamiento”, añade.

Manoel Victor Franco Lemos, biólogo en la Universidad Estatal de São Paulo, Brasil, dice: “A pesar de que los resultados han sido alcanzados usando modelos animales para infección parasitaria, las especies de vermes usadas son bastante próximas a aquellas que causan las mismas infecciones en humanos.”

Pero agrega que son todavía necesarias pruebas en humanos.

Raffi Aroiran, coautor del estudio y biólogo de la Universidad de California, en San Diego, dice: “Estamos hablando con otros expertos sobre qué tantas pruebas pre-clínicas deben llevarse a cabo antes de probarlas en humanos.”

Uno de los principales desafíos, añade, es que a pesar de que la cepa de la B. subtilis es usada como modelo de bacteria susceptible de ser ingerida, y es utilizada además en algunos probióticos, todavía no es una bacteria probadamente segura.

“Ahora necesitamos insertar el gen en una bacteria probadamente segura para los humanos”, dice.

“Además, se deben realizar varias pruebas de toxicidad antes de que podamos garantizar su seguridad”, dice Monnerat.

El estudio será publicado en la edición de septiembre del Applied and Environmental Microbiology.

Enlace al artículo completo en Applied and Environmental Microbiology

References

Applied and Environmental Microbiology doi:10.1128/AEM.01854-13 (2013)