24/07/12

Q&A con Odenildo Sena sobre ciencia amazónica

Odenildo Sena Crédito de la imagen: Luisa Massarani

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Odenildo Sena habla de política científica de Brasil y comparte su opinión sobre los principales desafíos de impulsar la ciencia en Amazonas.

Amazonas, donde el 98 por ciento de los bosques están preservados, es el estado más grande de Brasil, con una superficie equivalente a la de Francia, España, Suecia y Grecia juntas; es uno de los nueve estados de la región amazónica brasilera.

Sin embargo, hasta hace diez años no tenía fondos estatales para la ciencia y la tecnología (CyT) y solo 433 estudiantes de doctorado estaban trabajando allí. Para mejorar esta situación, en la última década Amazonas ha tomado varias medidas para triplicar el número de doctorados.

En 2002, la constitución estatal establecía que al menos uno por ciento de los ingresos regulares —el total de los impuestos estatales— debería dedicarse a la CyT, un modelo que inició Sao Paulo, que creó una agencia de CyT en 1962, y que siguieron otros estados de Brasil.

Amazonas creó una universidad estatal en 2001, una secretaría de Estado para la CyT y una Fundación para la Investigación en el Estado de Amazonas (FAPEAM, por su sigla en portugués) en 2003.

Odenildo Sena, presidente del Consejo Nacional de Secretarías de Estado para la Ciencia, Tecnología e Innovación, y ex presidente de la FAPEAM (2005-2010), relató a SciDev.Net dónde se encuentra la ciencia en Amazonas hoy.

La FAPEAM fue creada en 2003 como la primera fundación para la investigación en la Amazonía brasileña. ¿Cómo sucedió?

Antes de 2003 no había inversión estatal explícita dedicada a la CyT. Nuestros investigadores tenían que solicitar recursos nacionales a través de agencias como el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq, por su sigla en portugués).

En diciembre de 2002 logramos incorporar en la constitución estatal la política [que establecía que] el uno por ciento de los ingresos regulares debería dedicarse a la CyT. Y, como resultado, la FAPEAM abrió sus puertas.

En ese momento, la FAPEAM era la única fundación estatal para la investigación en el norte de Brasil. Por lo tanto, fui invitado a ir a casi todos los estados en Brasil para hablar de nuestra iniciativa.

En 2007, el estado de Pará abrió una fundación de investigación y, en toda la región, hubo un efecto dominó. Ahora hay solo un estado en la región, Roraima, que no tiene su propia fundación para la investigación.

Al momento de su creación en 2003, la FAPEAM tenía un presupuesto de alrededor de US$2,5 millones. En 2011, el presupuesto fue de unos US$23 millones. En total, cerca de US$141,5 millones han sido invertidos por la FAPEAM desde 2003. El presupuesto para 2012 es de cerca de US$80 millones.

Río Amazonas

La convocatoria de FAPEAM a las empresas para investigar los recurso de la biodiversidad en Amazonas tuvo resultados positivos

Flickr/CIFOR

Desde 2003, 208 científicos han recibido doctorados a través de becas otorgadas por la FAPEAM. Actualmente, el estado ha triplicado la cantidad de doctorados comparados con una década atrás. Pero las brechas en la capacitación aún son muy importantes en todas las áreas. Los nuevos doctorados están dispersos en diversas áreas del conocimiento. Necesitamos una revolución más grande.

Si tuviera el poder de hacer que ocurriese una revolución como esta, ¿cómo la haría?

No reinventaría la rueda. Siempre recuerdo la historia de la creación de la Universidad de Sao Paulo [la universidad estatal de Sao Paulo, creada en la década de 1930, y ahora la principal institución de Brasil para la educación superior y la investigación, que reúne 30 por ciento de la producción científica nacional].

Como no había muchos recursos humanos, trajeron gente del extranjero, principalmente de Europa. Si el Amazonas es estratégico para el país, déjenos transformarlo en la mayor plataforma de referencia para la investigación de la biodiversidad y la biotecnología.

En resumen, para impulsar la ciencia en la Amazonía elegiría algunas áreas estratégicas, pondría mucho más dinero en ellas, y traería a más personas.

A nivel nacional hay un creciente interés en unir la investigación con la industria brasilera, particularmente después de la ley de innovación de 2004. ¿Cómo está progresando eso en Amazonas?

En Amazonas, la FAPEAM hizo una convocatoria a proyectos que inyectaría fondos —en la forma de subsidios económicos— a las empresas, para impulsar la innovación a través de una asociación con la Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep) de Brasil.

La FINEP depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y tiene la misión de promover el desarrollo económico y social a través de la ciencia, la tecnología y la innovación en empresas privadas, universidades e institutos tecnológicos.

Una de las condiciones de la convocatoria de la FAPEAM fue que las empresas privadas desarrollaran investigación para generar procesos innovadores a partir de los recursos en biodiversidad. ¡Ahora varias compañías lo están haciendo muy bien!

Pero cuando presentamos el primer llamado en 2004, hubo poco interés de las empresas. De hecho, tuvimos que motivarlas mostrando cuán importante era tener investigación en la industria.

En el último llamado, en 2011, había disponible un fondo de unos US$3 millones, y las compañías postularon por alrededor de US$5 millones.

Este programa ha sido un gran éxito, y es una pena que la FINEP esté experimentando un cambio estructural: actualmente tiene una tendencia a actuar solo como un banco [en lugar de como una organización de
préstamo con tasas de interés muy bajas]. Por lo que sabemos, ya no hay ninguna asignación de subsidios económicos.

Si ellos mantienen esa idea, temo que varias universidades privadas entrarán en bancarrota, porque han estado usando los subsidios de la FINEP para financiar sus infraestructuras de investigación.

La FAPEAM fue una de las primeras fundaciones de investigación en Brasil que crea un programa de comunicación científica. ¿Por qué invertir en esa área?

El programa de la FAPEAM en comunicación científica fue creado en 2006. No fui yo quien tuvo esta idea: descubrí que la Fundación para el Apoyo a la Investigación en el Estado de Sao Paulo (FAPESP, por su sigla en portugués) tenía un programa de comunicación científica, y lo adaptamos para la situación de la FAPEAM.

En poco tiempo creamos una universidad estatal, una secretaría de estado para la ciencia y la tecnología y una fundación de investigación. Dijimos: “Necesitamos comprometer a la sociedad en nuestra iniciativa”, para asegurar que el público se involucre.

Por esta razón, creamos una nueva agencia, un portal en línea y la revista Amazonas Faz Ciência (Amazonas Hace Ciencia), que ahora va por su edición número 24.

También creamos un diploma y un premio en periodismo científico, cuya tercera edición recibió 100 candidatos.

El impacto de esas actividades es interesante: hace años nadie sabía qué era el periodismo científico; ahora hemos logrado crear un estado de ánimo propicio para este tipo de periodismo, y muchos estudiantes están interesados en cubrir ciencia.

¿Qué piensa de Ciencia sin Fronteras, un programa con US$2 mil millones que busca enviar al exterior a 75.000 estudiantes e investigadores y también recibir científicos extranjeros?

Es un programa muy ambicioso. Recién hemos recibido la primera lista de científicos extranjeros que quieren venir a Amazonas. Creo que ahora Brasil es muy competitivo y es capaz de atraer talentos del exterior debido a lo que hemos alcanzado en ciencia en la última década, y por la crisis económica [que no afectó a Brasil tanto como otras partes del mundo].

En mi opinión, deberíamos permitir que las universidades contraten científicos extranjeros, y deberíamos empezar un movimiento más amplio para atraer investigadores de alta calidad.

Estudiantes brasileros

El programa 'Ciencia sin Froneras', de Dilma Rousseff ha inyectado US$2 mil millones a la ciencia brasilera

Flickr/JAXPORT

Sin embargo, también necesitamos planificar el futuro. Los brasileros que se fueron al exterior volverán, y debemos asegurar que, cuando regresen, encuentren la infraestructura que les permita trabajar aquí. Si no, será un desastre.

No entiendo lo que pasa ahora, porque con el presidente Lula [da Silva], el presupuesto para la ciencia estaba continuamente creciendo. Es muy preocupante que durante los últimos dos años [bajo la presidencia de Dilma Rousseff] el gobierno haya reducido significativamente el presupuesto para la ciencia.

Y luego, la presidenta Dilma presentó Ciencia sin Fronteras y habló sobre la importancia del conocimiento científico como la consolidación del capital intelectual, pero después cortó la financiación para la ciencia. Parece un patrón esquizofrénico.