28/01/13

Diplomacia científica de EE.UU.: duro camino por delante

Hay quienes piensan que esfuerzos con países de mayoría musulmana mejorarán tras Primavera Árabe Crédito de la imagen: Flickr/ rouelshimi

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

Con oposición y recortes de fondos, ¿cómo serán los esfuerzos futuros de la diplomacia científica de Barack Obama? Heather Maughman investiga.

Se espera que la administración Obama siga incluyendo a la ciencia y la tecnología (CyT) en su agenda diplomática, de acuerdo a entrevistas con numerosas personas reconocidas por su contribución a la cooperación científica internacional.

Sin embargo, de cara a los recortes de gastos gubernamentales que podrían ocurrir en 2013, los esfuerzos diplomáticos de EE.UU. en CyT podrían volverse más dependientes de la colaboración con el sector privado.

DE UN VISTAZO

  • Se espera que esfuerzos en diplomacia científica de Barack Obama se mantengan en su segundo periodo
  • Pero recortes de fondos y oposición en Congreso podrían complicar recursos para diplomacia científica
  • Diplomacia científica en segundo periodo de Obama podría depender más del sector privado

En sus primeros cuatro años, Obama renovó su diplomacia científico-tecnológica. En su discurso en El Cairo en 2009 se comprometió a priorizar los países de mayoría musulmana y condujo a la creación de su programa de enviados científicos, destacados hombres y mujeres de ciencia de EE.UU. que viajan como diplomáticos para “identificar oportunidades de nuevas alianzas en ciencia y tecnología”. [1]

Los nombramientos de Obama al interior de la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) también fortalecieron el énfasis en el sector después de que “en las últimas décadas, los recortes presupuestales y el cambio en los mandatos sacaron los temas de ciencia y tecnología del enfoque de la agencia”, tal como lo reseña un artículo en Science. [2]

Sin embargo, posterior al discurso de Obama en 2009 ocurrió la Primavera Árabe y ahora el presupuesto de USAID podría verse reducido en más de US$100 millones si no se consigue un compromiso para evitar los recortes obligatorios que entrarán en vigor a fines de marzo.

Así, ¿estará Obama en capacidad de seguir usando la CyT como una fuerza al servicio del bien en el mundo?

¿Más de lo mismo?


Cathleen Campbell, directora ejecutiva y presidenta de CRDG Global
, organización sin fines de lucro creada por el congreso de los EE.UU. para promover la colaboración científica y técnica internacional, cree que Obama seguirá apoyando el desarrollo de la CyT.

“Espero que invierta en I+D, en nuevas tecnologías y también que continúe poniendo énfasis en la alianza con los países de todo el mundo en la búsqueda de colaboración para la investigación, emprendimientos, desarrollo de nuevos negocios y desarrollo de tecnología”, añade.

Afirma que el trabajo con los países de mayoría musulmana seguirá siendo una prioridad, y que Obama indicó en un reciente viaje a Asia la creciente importancia de la región.

Otros entrevistados también creen que los esfuerzos diplomáticos enfocados en los países de mayoría musulmana mejorarán a raíz de la Primavera Árabe.

Por ejemplo, Charles M. Vest, presidente de la Academia Nacional de Ingeniería de los EE.UU. y galardonado en 2012 con el Premio George Brown de Cooperación Científica Internacional de CRDF Global, señala: “Todo lo que atrae la comunicación, como ha ocurrido en cierto grado con la Primavera Árabe, aumenta las oportunidades para la discusión científica de persona a persona”.

Laurie H. Glimcher, decana de asuntos médicos de la Universidad de Cornell y ganadora 2012 del Premio Dr. Luis Federico Leloir de Argentina (a la promoción de la cooperación científica internacional), señala otra prioridad creciente: soluciones biomédicas a temas de salud global.

“Tenemos entre manos una crisis emergente que nos afectará a todos y que trasciende las áreas o fronteras geográficas: el envejecimiento de nuestra población”, subraya.

“Por ejemplo, actualmente hay 25 millones de personas en el mundo viviendo con la enfermedad de Alzheimer. Esta es una cifra impactante y una pesada carga para nuestro sistema mundial de salud… tenemos un reto que podría aplastar a nuestro actual sistema sanitario si no encontramos una solución”, puntualiza.

Sostiene que “la colaboración internacional, más allá de las fronteras o nacionalidades, es crucial para encontrar las soluciones médicas y científicas que requerimos”.

Encontrar los fondos


Identificar los asuntos claves es fácil. Encontrar los recursos podría ser más difícil.

“Uno de los mayores desafíos que enfrentamos, como cualquier otro país, es la cuestión de los recursos. ¿Qué clase de recursos financieros estarán disponibles para poder hacer todo el trabajo que se requiere?”, pregunta Campbell.

La Casa Blanca ha propuesto reducir el gasto público por lo menos en US$1billón en los próximos diez años.

Esta cifra incluye al Departamento de Estado, a través del cual se financian muchos de los esfuerzos diplomáticos.

Sin embargo, la restricción presupuestaria no tiene por qué significar que se afecten los esfuerzos de la diplomacia científica. Como bien puntualiza Campbell, la colaboración entre organizaciones y gobiernos, y entre los sectores público y privado, podría compensar parte del déficit.

Pero dedicar recursos a la diplomacia científico-tecnológica podría volverse más difícil a medida que el Congreso siga en desacuerdo acerca de cómo equilibrar mejor el presupuesto antes que ocurra el recorte de gastos en 2013. Los cambios en los integrantes de los comités del Congreso posteriores a la elección de noviembre de 2012 crean nuevas incertidumbres.

Dos proyectos de ley que proponen mejorar la cooperación y diplomacia científica ya fueron presentados al Congreso pero tuvieron escasas posibilidades de ser aprobados y fueron remitidos finalmente al Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología de la institución parlamentaria. Proponen mejorar la cooperación entre las agencias de EE.UU. que financian la ciencia y asignar recursos para los esfuerzos diplomáticos en Medio Oriente, sub Sahara africano y los países con mayoría musulmana.   

Los desacuerdos entre los demócratas y los republicanos en el Congreso y la elección de noviembre de 2012, dilataron los avances de los proyectos de ley. Aunque 2013 traerá un nuevo presidente al Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología, Campbell cree que es demasiado pronto para predecir si esto aumentará las posibilidades de aprobar los proyectos u otra legislación relacionada con la diplomacia de CyT.

Políticas de inmigración “brindan educación a la gente y después la empujan fuera del país”, dice Draper

Credit: Flickr/ afagen

Esquivar la legislación


Legislar no es la única forma de avanzar y muchos creen que el gobierno de EE.UU. debería mirar al sector privado para poder hacerlo.

William H. Draper III, copresidente de la Fundación Draper Richards Kaplan y galardonado con el premio George Brown 2012, sostiene que es tarea del gobierno preparar el terreno para una cooperación internacional que permita “la libertad de viajar, libertad de intercambiar ideas (y) fomentar la inversión transfronteriza”.

Según él, esta apertura permitirá el tipo de colaboración que puede democratizar la tecnología, y cita el ejemplo de su temprana inversión en Skype, donde el dinero del sector privado de los EE.UU. se invirtió en tecnología desarrollada en Estonia y Suecia.

Draper también es un apasionado por mejorar la cooperación científica internacional, lo que podría lograrse cambiando las políticas de los EE.UU. Por ejemplo, critica las políticas de inmigración que “brindan educación a la gente y después la expulsan del país”.

“Alguien que va al MIT (y posteriormente) se gradúa, debe salir de nuestro país en 18 meses porque no tiene una ‘tarjeta verde’ (green card). Necesitamos una política de inmigración muy sólida y alentadora. Cada empresa emergente (en la que he invertido) en los últimos 20 años ha incluido al menos a un inmigrante en el equipo de arranque”, asegura.

Para Vest, una de las herramientas diplomáticas más poderosas disponibles no involucra directamente al gobierno en absoluto; por el contrario, aprovecha “la enorme cantidad de empleados de las corporaciones de EE.UU., muchos de los cuales son ingenieros y científicos, que están desplegados alrededor del mundo. Ellos viven con su colegas en muchos países y difunden nuestros valores”, acota.

Vest menciona programas como la iniciativa OpenCourseWare del MIT, que ofrece de manera gratuita y en línea casi todos los materiales de enseñanza del instituto, lo cual está expandiendo la educación —incluyendo la de CyT— a nivel mundial. “Estos, a mi entender, son también actos de diplomacia pública en CyT y son muy valorados por la gente de todo el mundo”, dice.

Campbell indica que es crucial no olvidar la importancia que tiene la gente joven en la colaboración internacional, sea desde el mundo de los negocios o desde la academia. Enfoques como el de la iniciativa Innovación Global mediante la Ciencia y Tecnología del CRDF Global, que ayudan a financiar y realizar tutorías a los emprendedores prometedores, están invirtiendo en esta idea.

“Mientras más gente joven interesada en esta idea y motivada para llevarla a la práctica podamos conseguir, será mejor para el futuro de nuestros países”, concluye.

References

[1] First U.S. Science Envoys Begin Travel (Press release, US Department of State, 2010)

[2] Breakthroughs for Development (Editorial, Science, 2011)