30/08/13

Estudios reavivan debate sobre origen de cólera en Haití

Cholera Hospital_Flickr_EC_ECHO_Isabel Coello
Crédito de la imagen: Flickr/EC/ECHO/Isabel Coello.

De un vistazo

  • Un informe respalda la teoría que soldados de la ONU importaron la enfermedad
  • Un segundo estudio sindica a una cepa de cólera local y a factores climáticos
  • Pero los análisis que podrían haber llegado a conclusiones definitivas solo se hicieron después de que la epidemia había comenzado

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

[SANTIAGO] La controversia entre científicos sobre los orígenes de la epidemia de cólera en Haití ha sido avivada más aún por dos estudios que presentan posiciones contradictorias.
 
Uno de éstos, publicado este mes, sostiene que la epidemia se puede rastrear directamente hasta las fuerzas de paz de la ONU y a la mala infraestructura para disponer de los desechos en sus instalaciones. Mientras el segundo, publicado en julio, cuestiona dicha conclusión y culpa del brote a factores medioambientales.
 
La epidemia, actualmente la mayor en el mundo de acuerdo al estudio de agosto, empezó en octubre del 2010, después de un gran terremoto que asoló al país a principios de ese año.  Ya en julio de 2011, el cólera se había extendido, infectando en promedio a una persona por minuto, dice el informe.
 
Más de 8.200 personas han fallecido y otras 670.000 han contraído la enfermedad, de acuerdo a datos de este mes (13 de agosto) publicados por el Ministerio de Salud Pública y Población.
 
La búsqueda del origen de la actual epidemia ha interesado a los científicos porque el cólera no había sido reportado en Haití por más de un siglo.
 
Esta enfermedad diarreica transmitida a través del agua por la bacteria Vibrio cholerae, que afecta a más de tres millones de personas cada año, es común en África Subsahariana, América Latina y el Sur de Asia.
 
Un par de estudios han rastreado el origen de la epidemia en Haití a condiciones climáticas, mientras otros han culpado a la misión de la ONU.

“Más de 8.200 personas han muerto y otras 670.000 han tenido la enfermedad”.

Ministerio de Salud Pública y Población, Haití
 

 
El informe ‘Peacekeeping without Accountability’ (Mantenimiento de la paz sin responsabilidad), publicado a principios de este mes (6 de agosto) por las Escuela de Derecho y de Salud Pública de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, y la Asociación Haitiana de Derecho Ambiental sostiene que las tropas nepalesas de la ONU encargadas de mantener la paz en el país introdujeron la enfermedad y urge a la organización a asumir la responsabilidad del brote epidémico.
 
Este estudio apoya su tesis en varias investigaciones que han concluido que la cepa haitiana del cólera es igual a la nepalesa.
 
Asimismo, reforzaría la conclusión de que la epidemia tendría un origen en el sur de Asia el hecho de que, según la mayoría de los estudios publicados hasta la fecha, ésta empezó a dos kilómetros de la base militar de la ONU en Méyè, cuyas aguas servidas se habrían filtrado hacia un tributario del Río Artibonite, una de las fuentes principales de agua de Haití.
 
Además, en julio y agosto de 2010 hubo un brote de cólera en Nepal, los soldados nepaleses llegaron a Haití entre el 8 y el 21 de octubre y la primera hospitalización por cólera reportada en Haití fue el 19 de octubre.
 
Pero otro estudio, publicado el mes pasado (29 de julio) en The American Journal for Tropical Medicine and Hygiene (AJTMH), dice que la epidemia no tiene una causa única, sino que existen dos cepas en Haití: la variante O1, semejante a las poblaciones de V. cholerae del sur de Asia y África, y una cepa local.
 
“La sola introducción del V. cholerae O1 no explicaría plenamente la epidemia de cólera en Haití, porque las condiciones medioambientales conducentes al rápido crecimiento y transmisión de la bacteria del cólera, sumadas a la presencia de una población autóctona de V. cholerae, pueden haber jugado un rol en la epidemia de cólera en el país”, dice el estudio.
 
“Solo la introducción [de la bacteria] no podría desatar una epidemia si no existieran condiciones apropiadas [para su proliferación] ni vías de transmisión”.
 
Los investigadores sostienen que la bacteria del cólera, latente en las aguas del río, se multiplicó debido a que, por casualidad, encontró condiciones medioambientales óptimas en el período en que se desató el brote epidémico: temperaturas cálidas y fuertes lluvias seguidas por inundaciones.  La destrucción por el terremoto de la infraestructura de agua y saneamiento habrían contribuido a la propagación de la enfermedad.
 
Pero Rosalyn Chan, del equipo de la Escuela de Salud Pública de Yale, quien participó en el informe de ‘Mantenimiento de la Paz sin Responsabilidad’, está en desacuerdo con estos hallazgos, en parte porque otros “investigadores han concluido que no hubo ningún indicio de casos de cólera en Haití durante los siglos diecinueve o veinte”.
 
Rita Colwell, microbióloga ambiental de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos, y una de las autoras del estudio en AJTMH, atribuye la ausencia de indicios de cólera a que antes de la epidemia de 2010 nunca se hicieron exámenes de V. cholera a los pacientes hospitalizados con diarrea aguda, ni tampoco se estudiaron muestras de agua para detectar enfermedades transmitidas por esta vía.
 
“Por lo tanto, no es posible decir si alguna vez hubo o no hubo cólera en Haití. En Bangladesh el cólera nunca se ha reportado oficialmente, pero hay muchos casos de cólera”, dice Colwell a SciDev.Net.
 
El debate sobre si la epidemia tiene un origen único o complejo solo se resolverá cuando se sepa mucho más sobre la bacteria del cólera, su diversidad alrededor del mundo y los factores medioambientales involucrados en el surgimiento del cólera en todas partes, dice el estudio de AJTMH.
 
Enlace al informe ‘Mantenimiento de la Paz sin Responsabilidad’
 
Enlace al estudio de The American Journal for Tropical Medicine and Hygiene
 
 
La versión original de este artículo se publicó en la edición Global de SciDev.Net

References

The American Journal of Tropical Medicine and Hygiene doi: 10.4269/ajtmh.12-0721 (2013)