25/07/16

Parásito antiguo es un flagelo moderno

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La leishmaniasis es una enfermedad desatendida desfigurante y potencialmente letal que afecta a más de un millón de personas en 98 países alrededor del mundo. Es causada cuando el parásito del género Leishmania es transmitido por flebótomos (moscas de arena) infectados.

Esta galería de fotos se enfoca en el trabajo de investigadores en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres en el Reino Unido, para prevenir la transmisión de la leishmaniasis y encontrar mejores medicinas para tratar la condición, con menores efectos secundarios que las que se emplean actualmente.

La leishmaniasis es una enfermedad de los pobres: aquellos que viven en condiciones básicas con limitada sanidad y aquellos que duermen en la intemperie son los que más probablemente serán picados. Los trabajadores manuales que desarroillan actividades en el exterior también están expuestos a las moscas de arena.

Esta enfermedad está ampliamente propagada en los trópicos y subtrópicos de América Latina, Norte y Este de África, el Medio Oriente, India, China y el Sureste Asiático. Cada vez se ve más a menudo en climas templados al tiempo que se desplaza al norte hacia Grecia, Italia y Francia. Esta es una razón por la que los fondos para investigar la enfermedad han aumentado en los últimos años.

Existen tres formas básicas de la enfermedad: cutánea, mococutánea y visceral; esta última es la más grave y mata unas 20.000 personas cada año.

La leishmaniasis cutánea a menudo causa cicatrices desfigurantes, y pueden provocar que aquellos afectados  sean apartados de su comunidad por un temor infundado de que la enfermedad pueda ser contagiosa.

Matthew Rogers, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, está investigando la biología de la transmisión entre el parásito Leishmania y la mosca de arena. La hembra de este insecto necesita sangre para depositar sus huevos. Cuando el insecto se alimenta de sangre infectada, el parásito entra en el intestino de la mosca y crea un gel. Este gel obstaculiza la habilidad de alimentarse de la mosca, lo cual implica que debe alimentarse más a menudo y de más huéspedes. Al final de la alimentación, la mosca regurgita parte del gel que contiene al parásito en la picadura.

El parásito Leishmania puede haber existido desde hace unos 65 millones de años. Rogers dice que esto significa que ha tenido millones de años para evolucionar un proceso perfecto de transmisión.

Vanessa Yardley y Katrien Vanboxclaer están investigando tratamientos para la leishmaniasis. Actualmente están en las etapas tempranas de pruebas para el descubrimiento de medicamentos preclínicos para un nuevo compuesto diseñado para penetrar y permanecer activo en la capa inferior de la piel el tiempo suficiente como para matar a los parásitos que se albergan allí. Si estas pruebas resultan exitosas, aún tomará una década de pruebas clínicas antes de que el fármaco pueda estar a la venta.