19/03/12

Conversaciones Río+20: ansiosa espera para científicos

El Consejo Internacional de Ciencia quiere que texto del documento reconozca límites en el uso de recursos del planeta Crédito de la imagen: Greenpeace/Thomas Kummerov

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

Los defensores de la ciencia sabrán hoy si han conseguido que se preste más atención a la ciencia y tecnología en las negociaciones previas a la cumbre Río+20 que se realizará a mediados de año (20 al 22 de junio).

Las delegaciones nacionales comenzaron hoy en Nueva York (19 al 23 de marzo) las discusiones informales del texto que constituirá el resultado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río+20).

La comunidad internacional de ciencia y tecnología ha estado presionando intensamente para llegar a acuerdos sobre asuntos que considera trascendentales para el éxito de la reunión de junio en Brasil, a la que se han comprometido a asistir por lo menos 118 jefes de Estado y gobiernos.

Río+20 busca encontrar una vía para el desarrollo sostenible mediante el desarrollo de una economía verde y un marco institucional propicio.

Este artículo es parte de nuestra cobertura preparatoria de Río+20, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (20 al 22 de junio de 2012). Para ver otros artículos vaya a Ciencia en Río+20

Encabezando la lista de campaña de la comunidad científica está inyectar en el texto el sentido de urgencia a los problemas medioambientales y de desarrollo, y el reconocimiento de que hay ‘límites planetarios’, una idea que ha ido ganando impulso en muchos ámbitos, pero que no está incluida en el borrador actual.

‘Los límites planetarios’ es un concepto planteado en Nature en 2009 por Johan Rockström, director ejecutivo del Centro de Resiliencia de Estocolmo. Se refiere a los límites para el uso de nueve recursos de la Tierra, que van desde actividades que generan dióxido de carbono hasta el uso de las tierras, cargar la atmósfera con aerosoles y el uso de los océanos.

Rockström propuso una máxima numérica para cada uno, más allá de la cual el sistema podría entrar en riesgo de colapso, poniendo en peligro a la humanidad.

“La idea subyacente en los límites planetarios es que el planeta tiene limitaciones y no podemos usar sus recursos indefinidamente”, dijo Peter Bates, funcionario científico del Consejo Internacional de la Ciencia (ICSU, por sus siglas en inglés) quien, conjuntamente con la Federación Mundial de Organizaciones de Ingeniería, ha dirigido un Grupo Principal que ha sido parte formal de las discusiones.

“Tenemos la esperanza de colocarlo en el párrafo inicial. El borrador es bastante débil en cuanto a la urgencia”, añadió.

No obstante, la idea genera controversias entre los científicos, algunos de los cuales han puesto en duda el rigor de los datos subyacentes y la base de las cifras sugeridas para cada ‘límite’.

“Es una idea perentoria, yo apoyaría el concepto”, señaló David Molden, director general del Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de Montañas en Nepal, y exjefe del Instituto Internacional para el Manejo del Agua, con sede en Sri Lanka.

“Pero hay un peligro, con algunos límites, al ponerles una cifra sobre su uso. No parece que tales números hayan existido durante mucho tiempo ni que se hayan debatido, es una idea nueva”, precisó.

“Por ejemplo, con una mala gestión se puede extraer menos agua de lo que se lograría si se maneja bien, por lo tanto el límite no es un número estricto, ni un tipo de número límite”, añadió.

El Grupo Principal también está presionando por la conformación de organismos independientes de asesoría científica de la ONU a nivel regional y de los gobiernos nacionales, y por un mecanismo global de coordinación científica interdisciplinaria e internacional sobre el desarrollo sostenible.

“La gente siente que la ciencia está funcionando. Pero con los mecanismos adecuados en el lugar correcto se podría sacar más provecho de la ciencia”, comentó Bates a SciDev.Net.

El grupo también quiere que los gobiernos nacionales se pongan de acuerdo en invertir más en investigación internacional para el desarrollo sostenible.

Asimismo, que Río+20 acuerde desarrollar indicadores científicamente sólidos e integrados que vayan más allá del PIB (Producto Interno Bruto), para incluir las dimensiones medioambientales y sociales, y posiblemente la creación de un grupo de trabajo global para llevarlo adelante.

El primer borrador del acuerdo —el llamado ‘borrador cero’, publicado en enero— ha concitado muchas críticas por ser demasiado benigno, aunque la ONU ha respondido que fue escrito deliberadamente como una matriz para que se pueda construir un lenguaje más adelante.

Este artículo forma parte de nuestra cobertura Ciencia en Río+20.