Enviar a un amigo
Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.
[SÃO PAULO] La población que vive alrededor de las áreas amazónicas donde se práctica prender fuego a los bosques para después sembrar cultivos en los suelos fertilizados por las cenizas está expuesta a una mayor concentración de peligrosos contaminantes aéreos y podría sufrir un mayor riesgo de daño en su ADN, mutaciones y cáncer.
La conclusión se basa en experimentos de incendios controlados realizados por un equipo de investigadores brasileños con el fin de estimar y cuantificar las emisiones de gases invernadero y material particulado —con un diámetro menor a 2,5 micras (PM2.5)— producidos durante quemas en áreas rurales de diferentes ciudades de la Amazonía occidental.
Las mediciones efectuadas por los investigadores revelaron que la ciudad de Rio Branco, capital del estado de Acre, en el noroeste del país, registró una de las mayores concentraciones de PM2.5: 21,45 microgramos por metro cubico (μg/ m3), muy cercano al límite máximo establecido por la OMS, de 25 μg/ m3 de media en 24 horas.
Cuando esas partículas ingresan al organismo pueden llegar a los pulmones e incluso al torrente sanguíneo, causando graves problemas de salud. Esas partículas, además, tienden a permanecer más tiempo en el aire y son capaces de viajar miles de kilómetros con el viento, produciendo columnas de contaminación en las ciudades cercanas.
Los investigadores también constataron que los incendios en los bosques amazónicos aumentan las tasas de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que podría desencadenar periodos secos más intensos y persistentes en la región, comprometiendo su biodiversidad.
Los investigadores señalan que los hallazgos son más preocupantes debido a que los modelos climáticos sugieren un futuro más caliente y seco para la región amazónica, lo que contribuiría a una mayor incidencia de eventos de sequedad intensa, facilitando la propagación de incendios. En ese caso, la región amazónica se llenaría con miles de toneladas de esos gases perniciosos.
“Los altos valores de PM2.5 registrados son bastante preocupantes, porque se cree que esta partícula está asociada con severos efectos sobre la salud, como cáncer pulmonar y enfermedades cardíacas”.
Simone Amaral – Departamento de Energía, Universidad Estatal de São Paulo
Para su estudio experimental, los investigadores seleccionaron pequeñas áreas de bosque con cientos de especies de árboles y los talaron. Todo se hizo de manera controlada. Dejaron secar la vegetación durante algunos meses para que se quemara durante la estación seca de la región amazónica.
Mientras tanto, instalaron torres de hasta 15 metros de altura en las áreas seleccionadas. Cada una estaba equipada con sondas y filtros en cajas protegidas en la parte superior.
Los investigadores estimaron las concentraciones de contaminación en estas áreas antes y durante los incendios mediante muestras de gases mantenidas en recipientes para ser analizadas en el laboratorio.
“Los altos valores de PM2.5 registrados son bastante preocupantes, porque se cree que esta partícula está asociada con severos efectos sobre la salud, como cáncer pulmonar y enfermedades cardíacas”, señala Simone Amaral, ingeniera mecánica del Departamento de Energía de la Universidad Estatal de São Paulo y una de las autoras del estudio publicado en la revista Environmental Pollution.
Amaral añade que otros estudios han detectado la presencia de compuestos capaces de dañar el ADN de las células, relacionados con las emisiones de PM2.5 provenientes de la quema de biomasa en la Amazonía. “Así que nuestros resultados refuerzan la importancia de más estudios sobre las PM2.5 en la estación seca originados por incendios de deforestación en la región amazónica”, subraya.
Luiz Augusto Machado, meteorólogo del Centro Brasileño de Investigación Espacial de Pronóstico del Tiempo y Estudios Climáticos, dice que el estudio es importante porque cuantifica las emisiones y proporciona datos básicos para calcularlas.
“Estos datos pueden ser usados por el gobierno para el desarrollo de políticas públicas de control de emisiones y deforestación en concordancia con los compromisos asumidos en el Acuerdo de París”, refiere a SciDev.Net.
En ese Acuerdo, Brasil se comprometió a tener cero de deforestación ilegal en el Amazonas, así como a recuperar y reforestar 12 millones de hectáreas para 2030. Sin embargo, en 2016, las emisiones del país sobrepasaron en 32 por ciento las metas del gobierno y la tasa de deforestación en la región solo en junio de este año alcanzó casi 920,4 kilómetros cuadrados.
Eso representa un aumento de 88 por ciento comparado con el mismo mes en 2018, según datos del Instituto Nacional de Investigación del Espacio.
> Enlace al resumen del estudio publicado en Environmental Pollution
El estudio publicado en Environmental Pollution fue apoyado por FAPESP, un donante de SciDev.Net