05/06/13

Chile, empeñado en alerta de tsunami basado en GPS

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Crédito de la imagen: NOAA/NGDC, Walter D. Mooney, US Geological Survey

De un vistazo

  • El sistema chileno de alarma temprana con GPS detectará terremotos costa afuera que causan tsunamis
  • Funciona mejor cuando los terremotos ocurren muy cerca de la costa
  • El sistema debería estar funcionando en dos años más

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[SANTIAGO] Chile será el primer país en desarrollo que tendrá funcionando un sistema operativo de alerta temprana de tsunamis basado en un sistema de posicionamiento satelital para dar alertas en solo minutos después del inicio de un terremoto que podría desencadenar olas gigantes.

Este sistema podría haber dado la alarma a tan solo tres minutos del comienzo del terremoto de Japón que provocó un catastrófico tsunami en marzo del 2011, salvando así muchas vidas, de acuerdo a los autores de un trabajo publicado en Natural Hazards and Earth System Sciences el mes pasado (17 de mayo).

La mayoría de los tsunamis – incluido el de Japón y los que asolaron Indonesia en 2004 y Chile en 2010 – son detonados por movimientos en el fondo oceánico generados por terremotos en zonas de subducción, donde una de las placas tectónicas que forman el manto exterior del planeta se desliza bajo otra.

Al instalar receptores de GPS (Sistema de Posicionamiento Global) aproximadamente cada 40 kilómetros a lo largo de la costa para medir la deformación del fondo del mar, éstos estarán cerca del epicentro de cualquier sismo de gran magnitud que pueda causar un tsunami.

Una vez ocurrido el evento, estos receptores envían los datos sin procesar a una estación central que calculará el riesgo de tsunami, dice el trabajo.

El nuevo método fue desarrollado por investigadores del Centro Alemán de Investigación en Geociencias (GFZ) en Postdam.

Los sistemas tradicionales de alerta temprana de tsunami para las regiones costeras expuestas a sismos de subducción usan información sismológica que debería dar la alarma cinco a diez minutos después de iniciado el terremoto, pero dentro de ese lapso de tiempo tienden a subestimar la magnitud de los grandes terremotos y, por lo tanto, del impacto real que tendrá el tsunami sobre el borde costero, dice el trabajo.

Andrey Babeyko, investigador de GFZ y uno de los autores del trabajo, dice a SciDev.Net que el método desarrollado por ellos es más adecuado a lugares donde los terremotos ocurren cerca de continente.

“Las condiciones naturales en Chile son mucho mejores que las de Japón porque la zona de subducción está muy cerca de la superficie terrestre,” dice. “Esto significa que la información de las estaciones GPS llegará rápidamente al centro de procesamiento y que el GPS reconocerá y cuantificará mucho mejor a los terremotos que ocurren en alta mar”.

Dice que visitó Chile hace un mes para empezar a trabajar con Sergio Barrientos, director del Servicio Sismológico de la Universidad de Chile, en un proyecto para complementar el actual sistema de alerta temprana de tsunamis.

“Instalaremos instrumentos GPS que miden los desplazamientos en la superficie terrestre como respuesta a la ruptura que se activa en el interior,” Barrientos dice a SciDev.Net. Dichos movimientos ocurrieron durante el desastre de 2010.

“Monitorear estos desplazamientos en tiempo real nos permitirá estimar las características de los terremotos que gatillan tsunamis así como la elevación del fondo oceánico,” dice. “Con esta información, podremos determinar el potencial generador de un tsunami que tiene un sismo.”

La instalación de 130 sensores GPS en la costa para complementar la red sismológica que ya existe en Chile empezará este año y demorará unos dos años, añade Barrientos.

Andreas Hoechner, otro investigador de GFZ y autor principal del trabajo, dice a SciDev.Net que cada sensor GPS cuesta alrededor de US$ 20.000, excluyendo los costos de transmisión y procesamiento. Añade que el mantenimiento confiable en áreas remotas, así como transmitir los datos de las estaciones al centro de alarma cuando el movimiento terrestre es muy fuerte, puede ser difícil.

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References

Natural Hazards and Earth System Sciences doi: 10.5194/nhess-13-1285-2013 (2013)