06/04/14

El factor humano detrás del manejo del Big data

Sri Lanka Party_Robin Hammond_Panos
Crédito de la imagen: Robin Hammond/Panos

De un vistazo

  • Sistemas de recolección de datos como citizens.lk de Sri Lanka podrían ampliar la vigilancia oficial
  • Pero los países requieren modernas bases de datos y el Big data puede ayudar a prestar servicios
  • La responsabilidad es crucial o el Big data se convertirá en herramienta que socave la democracia

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

En manos equivocadas, grandes bases de datos pueden hacer más daño que bien, dice Sanjana Hattotuwa. Responsabilidad es vital.
 
El policía que vino a verme era afable y solo seguía órdenes. Era el año 2009, estábamos cerca del fin de la brutal guerra civil de 27 años en Sri Lanka, aunque nadie lo sabía en ese momento.
 
Me pidió que registrara mis datos personales en un sitio web llamado ‘citizens.lk’, creado por el todopoderoso Ministerio de Defensa (MoD). Cortésmente le pregunté qué ley me obligaba a ingresar mis datos en el sistema. Él no lo sabía. Le pedí que les preguntara a sus superiores. Nunca volvió.
 
Evidentemente, citizens.lk fue creada para registrar a todos los “residentes permanentes y temporales de Sri Lanka” y “asegurar la seguridad y protección de toda la isla”. Como su único custodio, el MoD podía usar la información como lo creyera conveniente, con mínima supervisión.
 
La regulación de la información desde la perspectiva de los derechos humanos —que comprende preocupaciones sobre la intimidad, derechos de uso, acceso y monitoreo de los datos personales— sigue siendo, hasta ahora, ajena a los discursos oficiales sobre Big data en Sri Lanka y en otros países con déficit democrático.
 
‘Puestos de control’ digitales
 
La medida de Sri Lanka quizás era deseable desde la perspectiva de las operaciones de inteligencia dirigidas a desbaratar el terrorismo. El MoD fue explícito acerca del uso que se pretendía dar a los datos: vigilar a la gente. [1]
 
Sin embargo, el peligro latente era que los datos recogidos —nombre, dirección, raza, número del documento nacional de identidad, número de pasaporte, número de licencia de conducir, género, fecha de nacimiento—dieran lugar a una más amplia, sofisticada, intrusiva y duradera arquitectura de vigilancia para reprimir la disidencia y suprimir la gobernabilidad democrática.
 
En ese tiempo, el MoD era ampliamente temido por silenciar a los medios independientes con frecuencia de manera violenta y con completa impunidad, y por auspiciar discursos de odio contra los principales líderes activistas de los derechos humanos. Citizens.lk fue una empresa estatal apenas oculta de recolección de datos para contener, controlar y censurar verdades incómodas, a la que un bloguero líder denominó la “extensión lógica de los puestos de control en el espacio digital”. [2]
 
Una vez recogida, la información de esas inmensas bases de datos oficiales está completamente dentro del control gubernamental. No hay legislación que permita el derecho a la información, de tal manera que los individuos se convierten en meros objetivos numéricos para el gobierno. Ellos tienen escaso o nulo poder para preguntar sobre sus propios registros o de qué manera son usados.
 
Beneficios cuestionables
 
Cinco años después del fin de la guerra, citizens.lk aunque todavía está en línea, ha caído en el olvido. Y sin embargo, a finales de 2013, la Agencia de Información y Telecomunicación del gobierno propuso un Sistema Único de Identificación (UID por sus siglas en inglés) para Sri Lanka: un  sistema “de autenticación electrónica altamente seguro” que pretende abordar “la falsificación y duplicación” de los documentos nacionales de identidad. [3]
 
El lenguaje sugiere validación, autentificación, inscripción y registro. Pero dadas las sospechosas credenciales democráticas del presente gobierno, la información recolectada se constituye en un riesgo de abuso por parte de las políticas y prácticas oficiales que más marginan y discriminan a personas, grupos de identidad y comunidades específicas. 
 
Un informe reciente del Foro Económico Mundial sobre Big data señala la importancia fundamental de permitir que la gente controle su propia información, lo que refleja una preocupación generalizada por la generación de Big data en un contexto de intolerancia. [4]
 
La realidad es que los datos agregados informarán sobre las decisiones de pequeña escala de una forma más detallada. Es decir, el Big data afectará cada vez más las ‘pequeñas vidas’, y se tiene que cuestionar la suposición de que los ya más vulnerables en la sociedad se beneficiarán si hay más datos en línea.
 
Dilema digital
 
Mi principal preocupación radica en la poca transparencia y rendición de cuentas. Una preocupación sobre la capacidad mejorada de los gobiernos de inferir patrones y comportamientos mediante la combinación de grandes conjuntos de información proporcionada voluntariamente por la gente, y sobre la forma como empresas privadas, como las compañías de telecomunicaciones, usen esos datos.
 
En las democracias maduras, el Big data puede ser de inmensa ayuda para manejar una mejor rendición de cuentas, transparencia y prestación de servicios cuando se combina con otras informaciones que por lo general son de dominio público, como los datos demográficos y las estadísticas criminales geolocalizadas. Pero en un país como Sri Lanka pueden conducir a una vigilancia mucho más restrictiva, censuradora y generalizada de los movimientos, transacciones y comunicaciones.
 
Y ahí está el difícil dilema. Después de la guerra, Sri Lanka necesita explotar urgentemente el Big data para enfocarse y ser más receptiva con las personas mediante la transformación de sus anticuados mecanismos de gobernabilidad. Sin embargo, cualquier iniciativa en ese sentido caerá bajo la sombra del MoD y otros brazos de inteligencia del gobierno.
 
Los rostros detrás de los datos
 
Sigo preguntándome sobre el policía que vino a verme. ¿Entendería las implicancias de su pedido? ¿Intentaría resistirse a sus superiores? ¿Cómo, si lo hizo, reconcilió su papel de policía con sus derechos de ciudadano?
 
Estas preguntas presentan un desafío central para la sociedad civil de la posguerra en Sri Lanka y lugares similares: convencer a los conciudadanos de que los datos en el dominio público pueden fortalecer la democracia de posguerra, pero también alertarlos del hecho de que no importa qué tan benevolentes parezcan los sistemas de datos, cualquier plataforma con  multitud de información sin una significativa rendición de cuentas o supervisión pone en peligro la paz e invita a conflictos violentos.
 
Medidas simples pueden ayudar a cumplir con este desafío. Los datos convincentes impulsan a las iniciativas periodísticas a usar el Big data para preguntar qué temas políticos y sociales pueden ayudar a marcar tendencias y patrones alrededor de la gobernabilidad. Y la sociedad civil puede usar el Big data para fortalecer su propia investigación y promoción, sin depender solamente de evidencias anecdóticas.
 
La educación cívica, por su parte, puede alertar a la gente sobre los beneficios y los peligros del Big data. Las instituciones de carácter mundial como la ONU tienen un rol en esto, y a través del Big data podrían incluso mejorar su eficacia.
 
Es importante decir que esas conversaciones necesitan ponerle un rostro humano al Big data, para no tratar las bases de datos como información despersonalizada vista en su conjunto, sino como una vasta colección de personas que tienen todos los derechos. Si perdemos esto de vista, el Big data corre el riesgo de convertirse en nuestra peor herramienta, cuando debería dar vida y fortalecer un futuro más democrático.
 
Sanjana Hattotuwa es activista de los derechos humanos en Sri Lanka, miembro de TED y fundador de Groundviews, iniciativa de periodismo ciudadano. Se le puede escribir a [email protected] o vía @groundviews.

Este artículo forma parte del Especial sobre Big data para el desarrollo

La versión original de este artículo se publicó en la edición global de SciDev.Net

References

[1] One on one with the Defense Secretary (Daily Mirror 28 February 2010)
[2] Information and power – citizens.lk  (Indi Samarajiva, Blog 15 January 2009)
[3] The Unique ID System for Sri Lanka (ICTA, 2013)
[4] Big data, big impact: new possibilities for international development  (World Economic Forum, 2012)

Related links