27/04/12

Retos de la biología sintética para países en desarrollo

La mayor parte de la investigación en biología sintética se hace en países ricos Crédito de la imagen: Flickr/Lawrence Berkeley National Laboratory

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A medida que aumenta la producción de biología sintética, se incrementan los llamados para una mayor regulación, informa Yojana Sharma.

El debate sobre la gobernanza del emergente campo de la biología sintética probablemente generará desacuerdos entre países en desarrollo durante la reunión del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico (SBSTTA, por su sigla en inglés) del Convenio sobre Diversidad Biológica (CBD), en Montreal, Canadá, la próxima semana (30 de abril al 5 de mayo). 

Mientras algunos quieren regulaciones más estrictas y están preocupados por los productos comerciales que podrían amenazar la subsistencia de campesinos que cultivan versiones naturales de estos productos, otros están felices de presionar hacia el avance de lo que podría convertirse en una gran nueva industria. 

En la cita se bosquejará una decisión sobre si incluir la biología sintética bajo ‘temas nuevos y emergentes’, que la Conferencia de las Partes (COP) de la CBD negociará en Hyderabad, India, en octubre, y que podría incluir una moratoria sobre la investigación. 

“Esperamos que las negociaciones que llegaron a un punto muerto en Nagoya en 2010 avanzarán más allá, con aportes de los últimos desarrollos en biología sintética”, dice Elenita Dano, representante de Filipinas en el Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC). 

La biología sintética es el diseño y construcción de nuevas funciones y sistemas biológicos que no se encuentran en la naturaleza, y sus impulsores están comenzando a desarrollar productos comerciales. Esta ciencia supone la promesa de un amplio rango de aplicaciones en áreas tales como diagnósticos nuevos y mejorados; nuevos fármacos y vacunas; biosensores y herramientas de biorremediación para procesar contaminantes. 

Pero las regulaciones internacionales han quedado bastante atrás de los avances científicos, que incluyen el anuncio del primer organismo artificial en 2010. 

Muchos de los potenciales beneficios, tales como la producción más barata de medicinas, podrían ser particularmente útiles en países en desarrollo. Por ejemplo, OneWorld Health, que ejecuta un programa de desarrollo de fármacos sin fines de lucro en Estados Unidos están aumentando la producción de una versión sintética barata de la artemisinina, el fármaco de avanzada contra la malaria

“Estaremos listos para empezar a producir artemisinina sintética el segundo semestre de este año”, dijo Tue Nguyen, vicepresidente de investigación y desarrollo preclínico de OneWorld Health, agregando que en 2012 se podrían producir cerca de diez toneladas del fármaco, aumentando a 60 toneladas en 2013. 

“Estamos apuntando a hacer cerca de 30 a 50 por ciento del suministro mundial con este método”, dice Nguyen. Eso significaría alrededor de 150 toneladas al año. 

Monte en Filipinas

A algunos expertos les preocupa cómo los organismos de biología sintética podrían afectar la rica biodiversidad de los países en desarrollo

Flickr/ Storm Crypt

Llamado a la vigilancia 

Pero hay dos grandes preocupaciones sobre los productos de la biología sintética: su potencial de dañar los ambientes y la biodiversidad, y la amenaza que suponen para las actuales industrias del mundo en desarrollo, tales como el cultivo de la Artemisia annua, a partir de la cual se produce actualmente la artemisinina en China, el este de África y Vietnam. 

La primera preocupación radica en la falta de capacidad en los países en desarrollo para enfrentar las consecuencias inesperadas, dice Joyce Thomas Peters, delegada del CBD de Granada, en el Caribe. 

“La investigación en biología sintética solo se puede hacer en países que tengan la capacidad científica. Los otros países no tienen idea de cómo evaluarla y esa es la razón por la cual estamos levantando el tema en organismos internacionales como el CBD”, dijo. 

Joyce Thomas Peters, exdirectora de un grupo de trabajo del SBSTTA agregó: “En último término queremos regulación del CBD, pero una moratoria sobre la liberación de organismos sintéticos también sería buena”. 

Y David Rejeski, director del programa de ciencia, tecnología e innovación del Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson, en Washington DC, Estados Unidos, dijo que la “investigación sobre temas éticos y ambientales puede compartirse entre naciones. En otras tecnologías emergentes, como la nanotecnología, fue la base de muchos diálogos”. 

El centro ha estado abogando por un inventario de compañías y organizaciones involucradas en la biología sintética, cómo los nuevos productos están entrando en el mercado y los detalles de cualquier riesgo que podrían representar para la salud humana y del ambiente. 

“Necesitamos esto a nivel internacional”, dijo Rejeski. “Algunos productos ya están apareciendo, y aunque aun no se encuentran a un nivel industrial, hay necesidad de vigilancia. Debe haber dinero disponible para la evaluación de riesgos”.

¿Cultivos amenazados? 

Y luego, hay temores de que los productos creados artificialmente puedan competir con cultivos que se producen en países en desarrollo. 

Por ejemplo, más de 7.500 campesinos en Kenya cultivan el árbol de la artemisinina, A. annua, según el Grupo ETC. Versiones sintéticas más baratas de la droga podrían poner su sustento en riesgo, dicen los críticos. 

Las plantaciones de caucho también podrían enfrentar la competencia de versiones sintéticas

Flickr / treesftf

Además de la artemisinina, hay investigaciones comerciales de versiones sintéticas de caucho, vainilla, azafrán y el endulzante stevia, todos los cuales son actualmente producidos a partir de productos naturales cultivados en el este de Asia, América Latina y el Sudeste Asiático

La vainilla producida usando un proceso de biología sintética que emplea levadura “está pasando del laboratorio a una instalación de prueba”, dice Paul Verbraeken, gerente de relaciones con inversionistas de Evolva, la compañía suiza que está llevando a cabo el trabajo. 

“Si las cosas van como está planeado, podría estar disponible en algún momento del próximo año o en 2014”. También predice que la stevia sintética podría estar en el mercado en 2015. 

Pero argumenta que la vainilla producida sintéticamente no desplazará la producción existente, será una fuente adicional. “Nuestro producto no reemplazará al producto natural, para el cual siempre habrá demanda. Los chefs más destacados siempre la van a querer”. 

También están en curso importantes investigaciones sobre soluciones sintéticas para la próxima generación de biocombustibles. Tales innovaciones incluyen algas fotosintéticas, que pueden secretar aceite continuamente a través de sus paredes celulares, y que pueden cosecharse para combustible. 

“Hay una gran producción de algas sintéticas con inversiones de compañías japonesas y coreanas en las áreas costeras de Filipinas y nadie sabe qué riesgos ambientales podrían involucrar”, dice Dano.

Conflictos de interés 

También hay preocupación sobre organismos sintéticos que se emplean en tanques de tamaño industrial, debido a que podrían requerir grandes cantidades de biomasa para proporcionarles energía, lo que competiría con cultivos comerciales por el uso de tierra. 

Pero aquí los intereses de los países en desarrollo divergen. Algunos países, como Brasil, podrían beneficiarse de la venta de biomasa para la producción de organismos sintéticos, y podrían también albergar fábricas de producción. 

Dado que las implicancias van más allá de las preocupaciones ambientales, ministerios de comercio y agricultura también han estado exigiendo más información y evaluaciones sobre la ciencia subyacente.
El tema fue evidente durante la COP10, la décima reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Biodiversidad, que incluyó una cumbre ministerial en Nagoya, Japón, en 2010. 

En Nagoya, el gobierno filipino insistió por una resolución para prevenir cualquier liberación de vida, células o genoma sintéticos al ambiente. “Filipinas dice que podría no estar en contra de la biología sintética, pero quiere ejercer el principio de precaución, porque hay potenciales impactos sobre la biodiversidad”, dice Dano, del Grupo ETC. 

Filipinas recibió en Nagoya el respaldo de varios países africanos, incluyendo Camerún, Kenya, Liberia y Sudáfrica. En América Latina, Bolivia y República Dominicana también apoyaron el principio precautorio. 

Cosecha en Brasil

Brasil tiene grandes recursos de biomasa que podrían alimentar tanques de biología sintética

Flicrk/Shell

Pero Argentina, Brasil y algunos países de la Unión Europea se opusieron a una moratoria sobre la liberación en terreno, concordando solo en convocar a un grupo experto en biología sintética. No obstante, fuentes involucradas dicen que se ha hecho poco desde entonces, y a algunos críticos les preocupa que si la próxima reunión COP no aborda el problema, el tema podría quedar sin resolverse. 

En particular, la posición de Argentina y Brasil ha dificultado crear consenso entre los países en desarrollo. “Brasil se subió al carro de la biología sintética. La ve como una futura fuente de productos sostenibles”, dice Eric Hoffman, de Amigos de la Tierra en Estados Unidos.

Gobernanza: camino a Río 

Varios países ahora están deseosos de que la reunión del SBSTTA la próxima semana no sea otra oportunidad perdida. 

El Grupo ETC, Amigos de la Tierra y otros, bajo el paraguas del Grupo de Trabajo Sociedad Civil Internacional sobre Biología Sintética han generado una propuesta que establece que “el SBSTTA no debe aplazar sus consideraciones sobre la biología sintética como un tema nuevo y emergente que requiere gobernanza [1]. 

Apuntan a que ningún organismo intergubernamental está actualmente abordando los potenciales efectos dañinos de la biología sintética sobre las economías en desarrollo, particularmente aquellas que dependen de las exportaciones agrícolas.

Las autoridades del CBD dicen que estos temas serán cubiertos. 

“La biología sintética definitivamente no va a ser dejada de lado”, dice Robert Höft, director de asuntos ambientales del CBD. “Las chances son de que algo se haga y mi expectativa es que alguna forma de proceso experto repare en los varios tipos de biología sintética y los potenciales impactos sobre la biodiversidad, así como los aspectos sociales”. 

Algunos han dicho que se asegurarán de que el tema se ponga de relieve en la próxima reunión Río+20 que se realizará en junio en Brasil. “Río+20 es sobre economía verde y estos asuntos son parte de eso”, dijo Joyce Thomas Peters, de Granada. 

“Dado que Río es el lugar de donde vienen los anteriores convenios sobre biodiversidad, es el lugar apropiado para volver a ellos”, agregó. 

“La ciencia ha sobrepasado el actual convenio. Hay que reformar los convenios o los mecanismos para ir a la par con los cambios que están ocurriendo. Los convenios existentes no tienen en cuenta a los organismos creados desde cero”.

References

[1] The potential impacts of synthetic biology on the conservation and sustainable use of biodiversity [1,98MB] (International Civil Society Working Group on Synthetic Biology, 2011)