13/01/14

Radar Latinoamericano: Desburocratizar la ciencia debe ser prioridad

Burocracia Heart Industry Flickr chico
Crédito de la imagen: Heart Industry / Flickr

De un vistazo

  • La burocracia de muchos países latinoamericanos dificulta a los científicos acceder a material fundamental para sus estudios
  • Encuesta revela que en Brasil 99% de los investigadores ha cambiado el curso de sus investigaciones en función de las dificultades para importar los reactivos necesarios
  • Carla Almeida insta a la comunidad científica a movilizarse contra las restricciones burocráticas vigentes

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Investigadores deben derribar las barreras burocráticas que impiden el progreso científico, dice Carla Almeida.
 
“¡No aguanto más!”, soltó la genetista brasileña Lygia da Veiga Pereira el mes pasado al hablar sobre el atraso en la llegada de las muestras de células madre procedentes de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, fundamentales para su investigación en colaboración con la institución.
 
Enviadas a través de FedEx en un paquete con hielo seco, las células llegaron a Brasil en apenas un día, pero tardaron 13 en ser entregadas a su destino final. El material quedó retenido en la aduana para ser inspeccionado por un órgano del Ministerio de Salud, que exigió a la investigadora una serie de documentos y explicaciones.
 
Fueron días de agonía para Lygia. Las posibilidades de que las muestras se echaran a perder en la aduana eran altas. Cuando escribió su texto-desahogo en el blog As Meninas, la investigadora aún no había puesto las manos sobre el material, el cual, a final de cuentas, parece haber sobrevivido a la burocracia brasileña. Pero no todo el mundo tiene la misma suerte.
 
Cambios de rumbo
 
Una encuesta realizada a fines de 2010 por el biólogo Stevens Rehen, investigador de la Universidad Federal de Río de Janeiro,  y su entonces alumno de doctorado Daniel Veloso Cadilhe, reveló preocupantes datos.
 
De los 165 científicos interrogados, pertenecientes a 35 instituciones brasileñas, 76 por ciento había perdido material científico retenido en la aduana y 99 por ciento había decidido cambiar el curso de sus investigaciones en función de las dificultades para importar los reactivos necesarios. No sorprende, por lo tanto, la desesperación de Lygia.
 

“La madurez científica en América Latina depende en gran medida de la liberación de las restricciones burocráticas vigentes”.

Carla Almeida

El dolor de cabeza para importar materiales de investigación —desde células microscópicas a robustos dispositivos, pasando por reactivos, ratones y kits de laboratorio— es solo uno de los efectos adversos de la burocracia brasileña.
 
Permisos para estudiar la biodiversidad del país, autorizaciones para el transporte de materiales paleontológicos, gestión de recursos en las instituciones públicas de investigación y validación de los títulos obtenidos en el extranjero también socavan el sueño de los científicos que trabajan en el país.
 
Y el problema está lejos de ser nuevo. El físico e historiador de la ciencia Ildeu de Castro Moreira, solidarizando con Lygia, recordó que la burocracia brasileña irritó profundamente a los naturalistas británicos Charles Darwin y Alfred Wallace en sus visitas al país y casi impidió la observación del eclipse en Sobral, en el noreste de Brasil, que confirmó la teoría de la relatividad de Albert Einstein en 1919.
 
Peor: el exceso de burocracia en la ciencia no es un problema exclusivo de Brasil, sino de América Latina en general. En un material multimedia divulgado por SciDev.Net en febrero de 2013, los investigadores de cinco países de la región —Brasil, México, Perú, Nicaragua y Chile— hablaron sobre los obstáculos burocráticos que dificultan, o incluso impiden, la realización de sus estudios.
 
Al mismo tiempo, existe una enorme presión de los gobiernos de algunos de estos y otros países latinoamericanos por números, resultados, patentes, innovaciones… Pero, ¿cómo hacer que la ciencia se vuelva competitiva en condiciones dignas de enredos kafkianos?
 
Esperanza, unidad y fuerza
Protestar públicamente contra los excesos burocráticos es un primer paso. Son pocos los tomadores de decisiones que conocen de cerca la vida cotidiana de los científicos y saben los problemas que enfrentan en sus instituciones. Poner el grito en el cielo, como hizo Lygia, es una forma de sensibilizarlos.
 
También es importante medir el problema y mostrar cuánto ese hecho afecta el trabajo de los investigadores, como Stevens y sus colegas han hecho con sus encuestas sobre las trabas a la importación de material de investigación. Casi diez años después de la primera evaluación —publicada en la revista Nature en 2004—, algunos pequeños avances se han hecho, pero los procesos continúan lentos y las condiciones lejos de las ideales… véase el caso de Lygia.
 
Un proyecto de ley elaborado por el diputado federal Romario, ex estrella de la selección brasileña de fútbol, podrá —si es aprobado— ayudar en esta cuestión en particular. Romario propone la creación de un registro de los científicos que pasarían a tener la liberación inmediata de su material de investigación en la aduana. En ese caso, el investigador registrado se responsabilizaría por el correcto uso del material adquirido.
 
Esto es muy importante, ya que hay productos importados para fines científicos que, si son mal utilizados, puedan tener efectos nocivos. Por lo tanto, el tratamiento prioritario debe ir acompañado de un fortalecimiento del compromiso ético de los investigadores.
 
Enviado al Congreso en septiembre de 2012, el proyecto de Romario aún sigue en curso en la primera de las cuatro comisiones de la Cámara de Diputados, que deberá evaluar y votar el texto final del documento.
 
El escenario es poco alentador, es verdad, pero no es el momento de desistir. Se necesita persistencia, la presión y la amplia movilización de la comunidad científica en distintos niveles. El movimiento debe ser capaz de alcanzar no solo a las autoridades, sino a la sociedad en general, de modo que ésta se involucre en la lucha y ayude a hacer de la desburocratización de la ciencia una prioridad de la agenda regional.
 
La madurez científica en América Latina depende en gran medida de la liberación de las restricciones burocráticas vigentes. Y nada mejor que el inicio de un nuevo año para renovar las esperanzas y recargar las baterías.
 
Feliz 2014 a todos los lectores de SciDev.Net.
 
Carla Almeida es periodista brasileña especializada en ciencia e investigadora en las áreas de divulgación científica y comprensión pública de la ciencia. Ha colaborado con SciDev.Net desde 2005.