09/09/16

Cuando la ciencia toma la ciudad

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El español Eduardo Sáenz de Cabezón y el argentino Diego Golombek en el Boliche Científico. Crédito de la imagen: Daniela Hirschfeld

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[MONTEVIDEO, URUGUAY] ¿Cómo se relacionan la ciencia, el vodka y un grupo de gente en un bar? La incógnita se reveló el jueves 8, en un bar de Montevideo, donde dos científicos —el español Eduardo Sáenz de Cabezón y el argentino Diego Golombek— fueron los anfitriones de un “Boliche científico”.

Esa noche, el bar recibió a los científicos en una modalidad de charla con el público que tiene a la ciencia como protagonista. Sáenz —que es matemático e integrante del reconocido grupo de monologuistas españoles Big Van, científicos sobre ruedas—le propuso al público que colmaba el espacio un juego para hablar de probabilidades. Tres vasos, dos con agua y uno con vodka, y una chica del público que debía elegir uno a ciegas y tomarlo. Qué probabilidades había de que eligiera el de vodka fue la primera pregunta en una charla llena de humor y mucho vodka.

Este boliche científico fue parte de “Ciencia en la ciudad”, una serie de actividades destinadas a acerca a la ciudadanía y a la ciencia organizada el marco del I Foro Abierto de Ciencias de Latinoamérica y Caribe (CILAC), que se desarrolla del 6 a 9 de setiembre en la capital uruguaya.

La agenda de esta iniciativa saca a la ciencia de los ambientes más tradicionales o les da un toque original. Además del bar, el planetario de la ciudad fue el escenario para “Beatlemanía Científica”, un show de música y ciencia en el que se tratan cuestiones vinculadas a la astronomía, los aspectos físicos, biológicos y socioculturales de la música, con las melodías de Los Beatles como excusa.

En otros sitios de la ciudad, en tanto, se desarrollaban talleres de robótica, un torneo de ajedrez y dos ferias interactivas. Una de esas ferias es Latitud Ciencias, que invadió el hall central del edificio de la intendencia montevideana, en el centro de la ciudad. Este feria, organizada por la Facultad de Ciencias, recibe a los visitantes en stands atendidos por docentes y estudiantes que proponen actividades interactivas vinculadas a las investigaciones y proyectos que desarrollan.

Junto a esta feria también se ubica EfiCIENCIA, del programa Ciencia Viva, otra muestra interactiva dedicada a las fuentes y transformación de energía, eficiencia energética, usos cotidianos de la energía y el papel que desempeña el visitante en la aplicación eficiente de la energía.

Asimismo, el programa de divulgación para niños y adolescentes Química D+, creado por la Facultad de Química, abrió “Moleculario”, una exposición en la que el público puede conocer el mundo microscópico de los átomos y moléculas y relacionarlos con el mundo que observa de forma cotidiana.

La exposición se desarrolla en estaciones que permiten recorrer desde los sencillos átomos hasta las biomoléculas más complejas, a través de imágenes interactivas, juegos, modelos para armar, muestras de diferentes sustancias y experimentos vistosos acompañados de explicaciones sencillas.

La agenda se completó con un taller sobre el arte de la divulgación científica dictado por los españoles de Big Van.

Destinado a los científicos, para que puedan aprender, divertirse y hablar de ciencia desde un escenario de manera atractiva y comprensible para el público general, el taller forma parte del Science Slam Festival Uruguay, un concurso de monólogos científicos pionero en América Latina, que rompe las barreras entre ciencia y sociedad, presentando el conocimiento científico de forma accesible para su integración en la cultura y la formación de comunicadores y divulgadores de la ciencia y la tecnología.

El jueves de noche, ellos también ofrecieron un show que compartieron con otros grupos, como Poper, de Argentina, y Bardo Científico, de Uruguay, dedicados a hacer stand up científico.

El viernes “Ciencia en la ciudad” se despide con el espectáculo “Amor y Zodíaco” y una noche de observación astronómica en el Planetario, y el final del concurso de monólogos científicos del Science Slam Festival.

Así, en Montevideo, casi no quedó territorio libre de ciencia, y la gente respondió con entusiasmo.