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Investigadores de países en desarrollo deben convertirse en ‘comunicadores científicos’ y difundir sus conocimientos más allá del ámbito académico, dice Valerie Corfield.

Al igual que los científicos, muchos de nosotros aceptamos que el ‘compromiso’ con algunas actividades, como mantener informados a los políticos de los avances en ciencia y tecnología y estimular la curiosidad científica en los jóvenes, son esenciales para desarrollar una sociedad tecnológicamente alfabetizada. No podemos permitirnos el lujo de trabajar aisladamente de nuestros colegas ni de los espacios públicos y políticos.

No obstante, mi experiencia personal en Sudáfrica demuestra que los científicos que comunicanson a menudo voces solitarias, incapaces de expandir, e incluso muchas veces mantener, sus esfuerzos.

En el caso de Sudáfrica, esto se debe en parte a que nuestra reciente historia política hapromovido un enfoque de arriba hacia abajo para la comunicación científica, con poco financiamiento para las actividades de comunicación pública.

Este énfasis en la investigación sin difundirla a una audiencia más amplia ha contribuido a fomentar desigualdades de vieja dataen la educación.

Hasta hace poco, así como en muchos otros países en desarrollo, los incentivos para que los científicos participen o mantengan iniciativas de comunicación, han estado casi totalmente ausentes.

Cambiando actitudes

Pero poco a poco, siguiendo a otros países, y a los donantes internacionalesque incrementanlos requisitos para traducir la investigación en resultados para el público en general, lasentidades nacionales de financiamiento de Sudáfrica han comenzado a preguntar a los científicos de qué manera llevarán sus resultados ‘de vuelta a la comunidad’.

Un creciente número de historias exitosas ilustran este cambio de actitud. Por ejemplo, una iniciativa contra la tuberculosis, respaldada por la Fundación Nacional de Investigación de Sudáfrica, ha organizado días deportivosinformativos, interactivosy entretenidos dirigidos alas comunidades en Western Cape.

La fundación ofrece ahora algunos fondos para divulgación y comunicación.

El festival anual sudafricano de ciencias SciFest y las semanas de la ciencia a nivel nacional, organizadas por el Departamento Sudafricano de Ciencia y Tecnología, también promuevenla colaboración entre científicos, comunicadores de la ciencia e incluso algunos políticos. Los centros y festivales científicos pueden servir como intermediarios y son excelentes modos de crear oportunidades sostenibles para el diálogo entre científicos y el público.

Por supuesto, algunas ramas de la ciencia ofrecen más oportunidades para involucrar al público que otras. Los animales carismáticos, por ejemplo, capturan la imaginación de la gente y pueden usarse para ayudar a examinar temas medioambientales y globales de una manera más amplia. El éxito de la participación pública en este aspecto ha incluido investigaciones sobre sapo-leopardos, delfines, tortugas terrestres e incluso tiburones y buitres.

Otros temas son más atractivos para los políticos, por ejemplo, las investigaciones relacionadas con los recursos de agua dulce, alimentos y salud pública. En tales áreas, los científicos están bien posicionados para presentar las ideas más recientes y brindar asesoría informada. El Consejo Sudafricano de Investigación Médica ahora así lo reconoce y está alentado a sus científicos a publicar documentos relevantes de políticas basadas en evidencias, haciendo de esta actividad una medida de su desempeño vinculada a primas y promociones.

El camino a seguir

Pero, ¿cómo podemos construir a partir de estos esfuerzos? Los científicos deben ser proactivos, y conformar una red de contactos más allá de su propia hermandad académica. Y deberían reconocer el valor de los intermediarios de la ciencia, como son los centros científicos y las oficinas de traducción de investigaciones de las agencias de financiamiento.

Debenestablecer grupos de presión para que los gobiernos y las instituciones reconozcan el valor de compartir las investigaciones en un lenguaje accesible.

También deben aumentar la percepción sobre la necesidad de ayudas y premios para financiar las actividades que involucren compromiso.

Igualmente importante, para convertirse en científicos comunicadores, los investigadores deben ser multiplicadores de su experiencia. Esto significa capacitar en el ‘lenguaje casero de los facilitadores’, por ejemplo al personal de los centros científicos que tienen fluidez en un lenguaje local como el Zulu. También significa asistir a conferencias de comunicación de la ciencia para presentar investigaciones a los comunicadores de ciencia, aquellos que estudian la ciencia de comunicar la ciencia pero que no pueden practicar los métodos.

También deberían contarle a su público más tradicional, en las conferencias científicas sobre investigación de base, acerca de sus éxitos en las actividades comprometidas.

Por encima de todo, ser un científico comunicador significa ser cooperador, por ejemplo, explorando nuevos recursos sostenibles para ‘compartir-almacenar’ que puedan ser prestados o almacenados electrónicamente para su duplicación. Los científicos comunicadores exitosos no se guardan egoístamente sus éxitos, por ejemplo cuando invitan a hablar a los políticos, usan esa oportunidad para darles una lista de otros oradores científicos comunicadores de una serie de temas importantes.

Científicos comunicadores del mundo en desarrollo: ¡es tiempo de despertar, encontrarse unos con otros y participar!

Valerie Corfield es profesora asociada del Centro Molecular y Biología Celular US/MRC en la Universidad de
Stellenbosch, Sudáfrica.