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“¿Quién no lee la parte trasera de una caja de cereal durante el desayuno?” Esa es la premisa sobre la cual, hace 10 años, una fundación privada y una empresa de alimentos iniciaron en Costa Rica un modesto, pero didáctico sistema de divulgación y popularización de la ciencia, que hoy se ha convertido en un aliado para cientos de profesores, y que traspasa las fronteras de este país centroamericano.


En 1994, la Fundación Cientec, una organización privada sin fines de lucro creada en Costa Rica para popularizar la ciencia y la tecnología, buscaba producir mensajes y experiencias que lograran llegar realmente a la población. Coincidentemente, Alimentos Jack’s empezaba con una nueva línea de cereales en el mercado.


“Andábamos buscando una forma para no desperdiciar la caja, y queríamos utilizarla como un medio de divulgación científica.  La ciencia atrae a todo el mundo”, explicó a SciDev.Net Andrés Pozuelo, gerente general de Alimentos Jack’s y uno de los miembros de Cientec.


Así, luego de las reuniones pertinentes entre las partes, se acordó un plan piloto para desarrollar en semestres durante los siguientes dos años, que permitiría a Cientec utilizar las cajas de cereales Jack’s para difundir información científica básica, práctica y fácilmente comprobable.


La distribución no se limitaría a Costa Rica, un país en donde el 70 por ciento de la población de clase media amplia (clases media-baja, media-media y media-alta) consume cereales, sino que abarcaría también a Panamá, República Dominicana, Nicaragua y El Salvador, países adonde se distribuyen los cereales Jack’s.


Según explicó Pozuelo, el convenio sería de beneficio mutuo para las partes, es decir, solamente implicaría el pago de los costos de producción y de los materiales.  Así, Alimentos Jack’s compra a Cientec la información científica y los diseños que se imprimen en las cajas de los cereales.


Con la firma del acuerdo, los retos no se hicieron esperar: “El principal reto en la concepción de las campañas educacionales era el tamaño de las cajas (19 x 25.2 cm.) Generar unidades de información atractivas, que incluyeran temas científicos y matemáticos, autoexplicativos, y en pequeñas dosis, era muy difícil”, explicó Alejandra León-Castellá, directora de Cientec. La respuesta a este primer gran reto fue desarrollar series temáticas, que implicaban entre 4 y 6 cajas diferentes cada serie.


El siguiente reto fue la escogencia de los temas a divulgar.  “Para seleccionar un tema nuevo, Cientec trabajó con la comunidad científica y con la firma.  Fue un largo proceso, pero se recompensó en los siguientes años. Varios profesores universitarios ofrecieron su experiencia para contribuir con ideas y experimentos en las campañas”, recordó la directora de Cientec.


La primera serie publicada fue sobre Astronomía, por el atractivo e interés que despierta entre la población. “Empezamos con una colección de diez cajas dedicadas a los objetos más importantes de nuestro Sistema Solar: el Sol, Mercurio, Venus, la Tierra y la Luna, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón.  Cada caja incluía una ilustración e información científica y exploratoria básica”, detalló León-Castellá.


La respuesta del público respecto al tema fue inmediata, particularmente por la escasez de material disponible en español. Maestros y profesores se mostraron muy interesados en las colecciones.


Para cuando venció el plazo del plan piloto, la retroalimentación había sido muy positiva, lo cual permitió que el proyecto continuara en marcha. “La mayoría de la gente siempre espera la salida al mercado del material. Lo usan profesores, padres y niños. De hecho, nosotros recibimos muchas sugerencias de la gente”, aseguró Pozuelo, para quien el objetivo principal es lograr una lectura casual de material científico.


De hecho, según añadió Pozuelo, alrededor del 15 por ciento del crecimiento reportado en los últimos tres años en las ventas totales de estos productos, se debe a la implementación de este proyecto.


Así, para 1995 se desarrolló una segunda serie temática, dedicada a las principales lunas del Sistema Solar. En 1996 se aprovechó para incluir temas relacionados con el ambiente, por lo que se dedicó una serie a los árboles de Costa Rica.  “Buscamos seis especies nativas y produjimos una colección de cajas dedicadas a ellos”, recordó León-Castellá.


Para 1999, el proyecto se volcó hacia las matemáticas por lo que se desarrolló una serie que incluía diversos problemas con varias pistas para resolverlos, aunque no se incluían las respuestas.  Los problemas a resolver mezclaban las operaciones matemáticas con conceptos científicos.


Estrategia para romper esquemas


Pero, según León-Castellá, quedaba todavía otro reto por vencer: ¿Cómo presentar el material de una forma atractiva para un público diverso en cuanto a edades, sexos, etnia y nivel socioeconómico?


“La ciencia, la experimentación y la construcción de modelos han sido de dominio masculino durante mucho tiempo. Las expectaciones sociales continúan teniendo un efecto sobre la escogencia de trabajo y de carrera entre la mayoría de la gente joven”, señaló la directora de Cientec.


Para vencer este reto, se desarrollaron conceptos basados en los principios de equidad de género que se incluían en los mensajes, presentando diversidad de roles y plataformas para desarrollarlos. Asimismo, los personajes incluidos en los mensajes son de distintas etnias.


Por último, una cuidadosa escogencia de los experimentos a desarrollar, utilizando materiales baratos, reciclables y de fácil acceso, permitieron al proyecto una penetración entre los diferentes estratos económicos.


Rotos los primeros grandes retos, con el proyecto recibiendo gran aceptación por parte del público, surgieron nuevas ideas para innovar.  En ese sentido, en el año 2000 se inició una nueva estrategia, experimentando con nuevos formatos y añadiendo a las publicaciones en las cajas materiales insertos. “Esto nos permitió expandir el número y la variedad de los materiales educativos hasta a 30 diferentes por cada campaña semestral”, dijo León-Castellá.


Para el año 2003, se incluyó una serie de tarjetas con preguntas y respuestas sobre ciencia que resultaron tan exitosas que para este año se está elaborando una segunda campaña. Asimismo, para este 2004 se está preparando una serie que propondrá la elaboración de algunos instrumentos científicos simples con materiales de desecho.


Ahora, la meta principal de la Fundación, surgida de la misma retroalimentación con el público, es compilar la totalidad de los experimentos y temas publicados, uno de los objetivos propuestos para este año, según adelantó León-Castellá.


“Estamos en proceso de producir un libro con la colección de todos los experimentos desarrollados en el 2001 y el 2002”, dijo.


Asimismo, un nuevo país se sumará al proyecto como parte de la expansión en las operaciones de Alimentos Jack’s, que el próximo año comenzará la distribución de los cereales en Trinidad y Tobago, indicó Pozuelo, tras revelar que los costos de la producción de las cajas rondan los $15.000 por cada programa.


Una herramienta que funciona


El proyecto de divulgación iniciado por Cientec y Alimentos Jack’s ha servido como apoyo para formadores de docentes en ciencias, y para los mismos educadores de secundaria y primaria.


Las zonas rurales, principalmente, han sido las más beneficiadas por la simpleza con la cual se desarrollan los temas y por la facilidad para conseguir los materiales de los experimentos. Así lo reconocen algunos educadores involucrados tras la consulta de Scidev.net.


“Muchos profesores se quejan de falta de material para trabajar con sus alumnos en las aulas, y buscan experimentos innovadores y fáciles, con resultados comprobables, y eso es lo que les ha ofrecido el proyecto de las cajas de cereal”, aseguró Leda Roldán, profesora de la escuela de Física de la Universidad de Costa Rica (UCR).


“Yo utilizo las tarjetas con mis estudiantes en la universidad porque son experiencias sencillas, que facilitan la divulgación de los conceptos”, añadió la docente, licenciada en física, con maestría en planificación educativa.


A su juicio, el poco espacio en que se publican los materiales es el principal punto débil del proyecto, principalmente porque surgen interrogantes que pueden bloquear a las personas cuando realizan los experimentos.


Y es que, pese al apoyo telefónico o electrónico que ofrece Cientec al público, la poca accesibilidad en las zonas rurales a la red Internet o a la telefonía pública puede ser una limitante, aunque mínima.


Por su parte, la también profesora de física de la UCR, Luz María Moya, opina que el proyecto ha permitido la popularización de la ciencia, por lo asequible de los materiales y la claridad con que se presenta la información.


“La gente descubre que la ciencia puede ser divertida y desarrollarse con materiales que están al alcance de la mano. Eso es fundamental para que las personas puedan descubrir el espíritu científico”, comentó Moya, también con maestría en física.


Tanto Moya como Roldán colaboran con Cientec en talleres para capacitar a los profesores de zonas rurales en el uso de las tarjetas y, según aseguran, la respuesta ha sido bastante favorable.


“Hacemos un taller con un cupo para 30 personas y llegan 60, y eso que al proyecto le ha hecho falta, a mi juicio, mayor divulgación”, indicó Moya, para quien lo más loable de este proyecto es que lleva la ciencia hasta el pueblo, sin distinción de sexo o nivel socioeconómico.


En eso coincidió Zayleen Vargas, una educadora de primaria de la rural comunidad de Tornillal de San Jerónimo, al norte de la capital costarricense, quien explicó a Scidev.net que utiliza las tarjetas para la elaboración de los planes de estudio de sus casi 40 estudiantes. “Son materiales que fácilmente se explican a los estudiantes y que ayudan para despertar el interés por la materia”, concluyó la educadora.

Este artículo fue encargado para las versiones en español y portugués de la guía electrónica de comunicación de la ciencia.