08/03/13

El secreto de llevar la ciencia al nivel político

La mayoría de científicos no están seguros de cómo colaborar con procesos de formulación de políticas Crédito de la imagen: Flickr/Defence Images

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Conocer cómo funciona la formulación de políticas debería ser más fácil y podría informar sobre cómo se presenta la evidencia científica.

Es difícil encontrar a un generador de políticas en una reunión académica. Por eso, cuando una ex funcionaria pública del Reino Unido subió al podio del simposio STEPS de la Universidad de Sussex realizado el mes pasado, para dar su opinión sobre cómo llevar la evidencia a la política, mis oídos se agudizaron.

Al igual que al avistar una especie rara, hubo un atisbo de emoción ante la perspectiva de escuchar lo que esta misteriosa criatura iba a decir.

Estoy exagerando, pero no mucho. Para la mayoría de científicos y comunicadores de ciencia existe un misterio real alrededor del proceso de toma de decisiones y cómo participar en él. ¿Quiénes son los tomadores de decisión y qué quieren?

DE UN VISTAZO

  • Muchos científicos no están seguros de cómo participar en procesos de formulación de políticas

  • Mejor comprensión, primer paso para comprometerse más eficazmente con formulación de políticas
  • La evidencia científica gana fuerza cuando cuenta una historia clara e importante

La rara oportunidad de obtener algunas respuestas directamente de la fuente no quedó sin recompensa. Jill Rutter, del Instituto de Gobierno, organización benéfica del Reino Unido, ofreció un vistazo sobre la realidad de la función de la investigación en las decisiones políticas.

 

¿Estarán los científicos listos para escuchar y aprender? Se requiere un delicado equilibrio para adaptarse a la realidad en la cual trabajan los generadores de políticas, preservando al mismo tiempo la integridad —y complejidad— de la información científica.

Los científicos no son ‘decisores’

Rutter ofreció algunos mensajes claros a la audiencia. Mientras con frecuencia nos referimos a la política como un “conglomerado” único y homogéneo, de hecho las políticas no son iguales, aclaró.

Por ejemplo, el apetito por la evidencia es bastante bajo en temas relevantes que vienen con posiciones preconcebidas, pero hay más oportunidad de brindar asesoramiento especializado en torno al aproximadamente 70 por ciento de temas menos políticos.

En los casos menos políticos ¿qué buscan los generadores de política? Lo primero en la lista de Rutter fueron los temas emergentes: las cuestiones que los toman por sorpresa, o de las que saben muy poco por no tener la costumbre de consultar revistas académicas.

Los científicos, asimismo, deben ser capaces de explicar esos temas de manera clara: para interpretar la evidencia, indicar cuánta certeza o disputa existe, y la seriedad con que debe tomarse. Y necesitan ofrecer una gama de opciones técnicamente viables que ayuden a los decisores de políticas a escoger el camino a seguir. “Ustedes no van a decidir”, precisó Rutter a la audiencia. “Ustedes necesitan ser facilitadores, asesores, pero no los decisores”, puntualizó.

La ciencia rara vez es un factor decisivo en la toma de decisiones, insistió. Incluso si se acumulan factores económicos, políticos y éticos alrededor de una decisión, limitaciones como la legislación internacional, la practicidad y la viabilidad permanecen.

Entender el juego

Toda unaevaluación realista. Pero al igual que el diagnóstico de una larga enfermedad, una mejor comprensión de cómo funciona la formulación de políticas es un primer paso esencial para colaborar con más eficacia.

Por ejemplo, las ideas sobre lo que los tomadores de decisión requieren de los científicos deben ser más fáciles de obtener.

La comunidad científica podría hacer más para llegar a los funcionarios de gobierno, donantes y otros profesionales, invitándolos a compartir plataformas de discusión, como buscar redes interpersonales y trabajar con agentes del conocimiento o ‘empresarios políticos’ (aunque hay dudas sobre si esta es la estrategia correcta para promover una buena gobernanza local).

Un informe reciente del gobierno del Reino Unido ofrece una visión de cómo los responsables políticos se comprometen con los asesores científicos: principalmente a través de cargos y comisiones de servicio, redes de asesoramiento e investigaciones encargadas. [1]

Una encuesta mundial realizada por SciDev.Net sugiere que las investigaciones encargadas son también la forma preferida en el mundo en desarrollo. Los tomadores de decisión de todo el mundo tienden a contar con asesoramiento científico a través de documentos que se adecúen a sus necesidades. Pero también se comprometen con la evidencia de manera informal a través del intercambio cara a cara y de canales de comunicación como los informes de políticas y las noticias.

Varias rutas de acceso a información

Lo que esto muestra es que hay muchas rutas para informar a los tomadores de decisión. A la evidencia que informa directamente sobre decisiones específicas se le conoce como ‘uso instrumental’, explicó Philip Davies, director de la oficina europea 3ie, con sede en el Centro de Desarrollo Internacional de Londres, durante un seminario realizado el mes pasado. [2]

De otro lado, usar la investigación científica para la ilustración general o de una forma que influya en la acción de una manera menos específica se le denomina ‘uso conceptual’, según Davies. Este camino más indirecto podría incluir compartir antecedentes o ideas que afecten la manera como los decisores de políticas abordan un problema.

Es aquí donde se enfoca el rol de la comunicación, de parte de científicos y de periodistas. Discutir abiertamente la evidencia en línea y en foros públicos puede ayudar a que la información científica encuentre su camino dentro de la política o influya en la forma en que un tomador de decisión enfoque un problema.

La evidencia necesita fuerza

El desafío, entonces, pasa a ser cómo comunicar de la mejor manera la ciencia a la política.

La encuesta de SciDev.Net resalta la importancia de explicar las implicancias de las investigaciones poniéndolas en su contexto social y económico, un hallazgo que hace eco del mensaje de Rutter de que la ciencia debe comprometerse con la política y todas las demás consideraciones que intervienen en el proceso de toma de decisiones.  

La evidencia gana fuerza entre los tomadores de decisión cuando les cuenta una historia con un mensaje políticamente relevante, oportuno y claro, según Davies. Ello está en marcado contraste con lo que la evidencia significa para los científicos, que tienden a centrarse en cosas como las bases empíricas, los fundamentos teóricos y las advertencias.

El proceso de simplificación incluido en la formulación de un mensaje que los tomadores de decisión puedan digerir tiende a preocupar a los científicos. Esas preocupaciones, pero también la necesidad de hacerlo, fueron debatidas durante el simposio de STEPS, poniendo de manifiesto la importancia de contextualizar la ciencia con eficacia.

Chris Whitty, asesor científico jefe del Departamento del Reino Unido para el Desarrollo Internacional, señaló a los delegados que parte de la información académica que los tomadores de decisión reciben es casi incomprensible. Hay momentos en que los investigadores deben enfocarse en la sencillez y ser honestos acerca de las limitaciones de su trabajo, afirmó, concluyendo que la información es una parte vital pero subestimada de la comunicación.

Sin importar el método, el truco para lograr la comunicación es ser claros sin perder el matiz que pone la ciencia en perspectiva. Es una forma estrecha y angosta de navegar, que requiere habilidad. Comprender y encarar las realidades de la formulación de políticas debería dejar en claro por qué perfeccionar esa habilidad podría hacer la diferencia.

Anita Makri
Editora de opinión e informes especiales, SciDev.Net

 

References

[1] Engaging with academics: how to further strengthen open policy making (Government Office for Science, January 2013)
[2] Davies, P. Getting Evidence Into Policy (London International Development Centre, 2013)

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