06/12/10

Acidificación oceánica amenaza la pesca, según el PNUMA

La acidificación puede hacer que el pez payaso pierda su orientación y sentido del olfato Crédito de la imagen: FlickrNemo's great uncle

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[CANCÚN, MÉXICO] Los océanos se están acidificando probablemente a la tasa más rápida en 65 millones de años, con consecuencias desconocidas para las tres mil millones de personas que dependen del pescado como fuente de proteínas, según un informe difundido en la Conferencia de Cambio Climático de Naciones Unidas 2010 (COP 16), en México. 

El alza de las emisiones de CO2, un cuarto de las cuales finalmente se disuelven en los océanos produciendo ácido carbónico, ha causado una caída del 30 por ciento en los niveles de pH oceánicos, lo que refleja un aumento en su acidez, según el informe, producido por el Programa de Medioambiente de Naciones Unidas (PNUMA).

"Si seguimos al mismo ritmo, tendremos un aumento de 120 por ciento en la acidez hacia fines de este siglo", dijo Carol Turley, autora principal del informe y coordinadora de intercambio de conocimiento en el Programa de Investigación en Acidificación de Océanos del Reino Unido. 

El informe revisó literatura científica y encontró que los efectos de la acidificación en la cadena alimentaria todavía no están claros por lo que se necesita más investigación. 

Pero describe varias amenazas potenciales. 

La acidificación puede reducir el crecimiento y afectar el desarrollo de los peces más pequeños. Por ejemplo, puede reducir la orientación y el sentido del olfato en peces payaso jóvenes, volviéndolos más vulnerables a los predadores. 

Una preocupación importante, dice el informe, es que los corales y mariscos podrían tener dificultades en la formación de sus esqueletos, lo que produciría “significativos impactos futuros en la pesca de cangrejos, mejillones y otros mariscos, especies que dependen de los arrecifes de coral, y de aquellos como el salmón, que se alimentan de organismos más pequeños con caparazón, que están más abajo en la cadena alimentaria”. 

Las pesquerías y cultivos acuícolas son importantes fuentes de alimentos e ingresos para la mayoría de las comunidades más pobres del mundo, con cerca de mil millones que dependen del pescado como su única fuente de proteínas. 

“La reserva de peces ya está amenazada por la sobrepesca y la pérdida de hábitats”, dijo Turley. “Siento decir que hemos agregado otra amenaza a los peces, que es la acidificación”. 

Tim Kasten, subdirector de la división de implementación de políticas medioambientales de PNUMA dijo que “hay algunas opciones de mitigación y adaptación que se nos abren. La que es aparentemente más obvia es reducir rápida y sustancialmente la cantidad de emisiones de CO2, de manera que haya menos ingresando al ambiente marino”. 

Adicionalmente, Kasten sugirió buscar especies marinas que sean más flexibles a los cambios de acidez, mientras se trabaja en la reducción de otras fuentes de estrés, como la pérdida de hábitats y la sobrepesca.
“La acidificación de los océanos es una de muchas [fuentes de estrés] con las que están compitiendo en este momento los ambientes marinos. Entonces, ¿cómo podemos reducir algunas de esas otras fuentes de estrés sabiendo que la acidificación de los océanos no va a desaparecer pronto?”. 

Enlace al informe completo ‘Environmental Consequences of Ocean Acidification: A Threat to Food Security’