19/03/14

Variabilidad climática, desafío para la hidroenergía

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Crédito de la imagen: Itaipú Binacional

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[MONTEVIDEO] Con la idea de crear un “nuevo conocimiento climático” para el sector de la hidroenergía en América Latina y el Caribe culminó el segundo día de la Conferencia del WCRP para la región que se desarrolla en Montevideo, Uruguay, esta semana (17-21 de marzo).
 
Esta jornada estuvo dedicada al agua y la energía en relación con el cambio climático, luego de la primera que se centró en la salud.
 
En América Latina, donde más de 60 por ciento de la electricidad es generada en centrales hidroeléctricas —en contraste con menos de 20 por ciento en el mundo—, este “nuevo conocimiento climático” es aquel destinado a prevenir el impacto de la variabilidad climática en estos proyectos, aseguró Sebastián Vicuña, del Centro Interdisciplinario de Cambio Global de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
 
La energía hidroeléctrica depende del agua, un recurso muy vinculado al clima, y por ende es altamente susceptible a sufrir los impactos del cambio y la variabilidad climática.

“Es necesario ver qué información climática se requiere ahora para el correcto desarrollo de la energía hidroeléctrica”.

Sebastián Vicuña

Vicuña señala que pese a la sofisticación en el sector hidroeléctrico, muchas centrales aún basan su funcionamiento en las propiedades estadísticas estacionarias del clima, de hace 50 o 100 años.
 
Advierte, sin embargo, que esta característica estática del clima ya casi no existe debido al cambio climático, y sobre todo a la variabilidad, y esto tiene consecuencias en el modo en que los sistemas hidroeléctricos son operados o desarrollados.
 
“Por ejemplo, centrales con embalses muy grandes funcionan sobre la lógica de que cada cierto tiempo habrá una posibilidad de que el embalse se rellene. Entonces usan el recurso hasta vaciarlo y esperan hasta el momento en que se rellene nuevamente. Así operaron históricamente”, detalló Vicuña a SciDev.Net.
 
Pero, “si el clima se desvía significativamente de esas condiciones puede haber tensiones potenciales en sistemas de agua ya tensos”. Debemos entonces “modificar los criterios de operación [de las centrales] y abrir la posibilidad de que [los protocolos] sean reevaluados”, opinó Vicuña.
 
“Es necesario ver qué información climática se requiere ahora para el correcto desarrollo de este tipo de energía”, explicó.
 
Hay que “reconocer la incertidumbre del clima en el futuro”, y pensar en modelos a corto plazo, en escalas de años o de pocas décadas. “Se trata del clima informando la política pública”, afirmó.
 
Soroosh Sorooshian, director del Centro de Hidrometeorología y Teledetección (CHRS) de la Universidad de California, Irvine, coincidió con este enfoque.
 
Según el experto, “por lo menos tres factores ponen incertidumbres adicionales sobre la planificación de los recursos hídricos, el desarrollo y estrategias de operación del sistema”.
 
Entre ellos se cuenta “la incertidumbre regional como resultado del cambio climático global y la intensificación resultante del ciclo hidrológico y la aparición de más extremos hidrológicos”, como inundaciones severas y sequías.
 
Para Sorooshian, los otros dos factores son el rápido crecimiento demográfico de muchas regiones del mundo en desarrollo, y la prosperidad económica y el acceso a los servicios modernos que aumentaron el consumo de agua per cápita, especialmente en países que experimentaron un rápido crecimiento demográfico y urbanístico.