13/12/14

¿La ciencia nutre a política del clima en Latinoamérica?

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Crédito de la imagen: United Nations Climate Change / Flickr

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[LIMA] Durante los 12 días que duró la COP20 me pregunté cómo llegan los resultados de la investigación científica latinoamericana sobre el clima a quienes toman decisiones. Asistí a muchas sesiones durante el evento, en las que cientos de representantes de diversas instituciones hablaban de dióxido de carbono, mecanismos de desarrollo limpio, REDD+, Amazonía, agricultura inteligente…

Al escucharlos confirmé que hay estudios sobre el cambio climático en la región que ofrecen evidencia científica para mitigar o adaptarse a sus efectos, pero también que la ciencia del cambio climático es relativamente nueva.

¿Qué pasa con aquellos científicos de nuestros países que no llegan a las ‘grandes ligas’, pero producen conocimiento nuevo para la ciencia del clima?

Lisbeth Fog

El organismo chileno de ciencia y tecnología, Conicyt, reforzó estos primeros estudios cuando hace unos pocos años formuló preguntas concretas a los científicos buscando respuestas a las necesidades del país. Respondieron formando grupos en los que incluyeron a representantes de empresas privadas. “Se han dado cuenta de que ha sido un programa bastante exitoso”, me dijo Sebastián Vicuña, director ejecutivo del Centro de Cambio Global de la Universidad Católica de Chile.

Buena parte de los resultados presentados en las sesiones de la COP20 incluyeron a científicos latinoamericanos que realizan sus investigaciones en el marco de grandes proyectos financiados por entidades como World Resources Institute (WRI), WWF, Alianza Clima y Desarrollo (CDKN), el Bancos Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial, el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), y el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés).

¿Qué pasa con aquellos científicos de nuestros países que no llegan a las ‘grandes ligas’, pero producen conocimiento nuevo para la ciencia del clima?

Primero, la generación de ese conocimiento parece ser directamente proporcional a los fondos que invierten los países en ciencia, tecnología e innovación, que solo en Brasil supera el uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
 
“En ese sentido, la incidencia de la investigación en la toma de decisiones en los procesos políticos todavía es escasa”, dice Yan Speranza, director de la Fundación Moisés Bertoni, de Paraguay. 

Segundo, en la mayoría de nuestros países no hay políticas científicas claras. Refiriéndose a los informes finales de los proyectos aprobados por Colciencias, en Colombia, “los documentos no llegan a quienes toman decisiones”, dice Rodrigo Suárez, director de cambio climático del Ministerio de Ambiente. Trabajan en lograrlo.
 
Tercero, es necesario fomentar el lenguaje adecuado para una verdadera comunicación y los espacios de diálogo para fusionar el conocimiento científico con otro tipo de conocimientos. “Tenemos que construir un mensaje positivo”, dice Rachel Biderman, del WRI en Brasil.
 
Una ciudadanía informada tiene el poder de hacer llegar su voz a los políticos. Y los periodistas tenemos allí una ventaja, al tener acceso a quienes toman las decisiones. Me pasó en la COP. Terminada mi entrevista con Rodrigo Suárez, de Colombia, le comenté que en su país los tomadores de decisión daban poca atención a la comunidad científica y a los resultados de sus investigaciones, lo que me parecía un error.

Ese diálogo tuvo sus frutos: luego de darse a conocer la declaración de la Alianza del Pacífico me dijo que el punto 11, referente a la colaboración técnica, tecnológica y científica en cambio climático, se inspiró en esa conversación.

Declaración de los presidentes de la Alianza del Pacífico