21/11/13

Enfoque científico en cambio climático ¿locura colectiva?

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Crédito de la imagen: Scientific Monthly/WikiCommons

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[VARSOVIA] Según Albert Einstein, locura es hacer lo mismo una y otra vez y pretender resultados diferentes. Esto plantea la pregunta de si este gigante del siglo XX vería el enfoque actual de la comunidad científica para las conversaciones sobre el cambio climático como una locura colectiva.
 
Digo esto no con afán de menoscabar los enormes logros de los científicos para mejorar nuestra comprensión del cambio climático, las 2.000 páginas que conforman el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (PICC) son una prueba de este éxito.

Los científicos son ante todo, y principalmente, ciudadanos, y deben ser capaces de abogar por la acción climática sin sentir que están minando su objetividad profesional”.

Jan Piotrowski

Pero la tendencia de los científicos a permanecer imparciales en la creencia de que eso es necesario para proteger la integridad objetiva de su trabajo es un error y claramente no está funcionando.
 
Esperar que más evidencia sea suficiente para convencer a los formuladores de políticas a tomar acciones es ingenuo cuando se considera el escaso cambio ocurrido en los seis años transcurridos desde que el informe anterior del PICC, lleno de datos, presentó argumentos decisivos sobre la necesidad de una acción urgente.
 
Si esto hizo poco para cambiar la mente de los políticos, entonces un nuevo informe con conclusiones similares es poco probable que lo logre.
 
En ese orden de ideas, los científicos, aquellos que tienen el mejor conocimiento de las consecuencias del cambio climático, deben mejorar la comunicación no solo de los resultados de sus estudios, sino de sus recomendaciones para la acción. 
 
Coincido con uno de los asistentes a la cumbre climática de Varsovia, Polonia, que cree que la idea de que el trabajo de un científico termina en el laboratorio es peligrosa. Los científicos son ante todo, y principalmente, ciudadanos, y deben ser capaces de abogar por la acción climática sin sentir que están minando su objetividad profesional.
 
Los críticos de este enfoque señalarán los peligros de que los científicos erosionen la confianza pública en la ciencia al usar su plataforma privilegiada para entrar en el entorno político del que con frecuencia tienen poco conocimiento.
 
Esta es una preocupación válida, pero con la ciencia menos presente aún en las negociaciones climáticas que antes, ¿es más seguro continuar por el camino de Einstein hacia la locura o tratar de hacer algo diferente?
 
La versión original de este artículo se publicó en la edición global de SciDev.Net