20/08/09

Isla combate cambio climático con ‘acueducto celestial’

Crédito de la imagen: Elizabeth Taylor Jay/Corporación Coralina

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El barrio de la isla colombiana de San Andrés, Ciudad Paraíso, se prepara para los efectos del cambio climático a través de un proyecto de recolección de agua lluvia que combina las prácticas ancestrales con nuevas tecnologías para el manejo del agua.

Alrededor de 120 personas pertenecientes a 25 familias de escasos recursos se benefician del suministro de agua potable a través de este mecanismo.

El ‘acueducto celestial’ recolecta el agua lluvia en los techos de las viviendas y la envía a un gran tanque de almacenamiento de 50 mil litros de capacidad, para luego bombearla a tanques individuales de menor tamaño ubicados en cada casa.

Hasta ahora, el suministro de agua potable a los 65 mil habitantes proviene principalmente de aguas subterráneas, en tanto la isla aprovecha sólo el 18 por ciento del agua lluvia.

De acuerdo con estudios realizados por la Universidad Nacional de Colombia y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, IDEAM, en el año 2050 el mar le habrá robado a la isla el 17 por ciento de su territorio, que en total tiene 27 kilómetros cuadrados.

Esto significará la salinización de las aguas subterráneas y, por consiguiente, el deterioro en la calidad de agua.

“Este proyecto global es el primero de adaptación al cambio climático que se hace en Colombia”, según informó a SciDev.Net Elizabeth Taylor Jay, la directora de la Corporación Coralina, entidad ambiental del departamento de San Andrés.

Las fases de diseño, concertación y construcción del proyecto costaron COL$155 millones (US$ 68.000).

“Lo novedoso de este proyecto es su implementación como sistema comunitario y no individual, así como su integralidad, que incluye captación, almacenamiento y distribución de aguas lluvias, y recolección y tratamiento de aguas residuales”, informó Taylor.

En efecto, luego de su utilización, los investigadores de Coralina han diseñado un sistema de recolección y tratamiento de estas aguas residuales, que podrá utilizarse en las huertas caseras, lo que además ayuda a solucionar el problema de la seguridad alimentaria.

Ya en funcionamiento, la misma comunidad está proponiendo instalar unos medidores en cada casa para llevar un control y recaudar fondos permanentes mensuales para garantizar el mantenimiento adecuado de la capacidad instalada.

En el proyecto participan organismos colombianos como el Instituto de Investigaciones Marinas, Invemar, el Instituto Nacional de Salud, INS, y el IDEAM, con fondos además del Global Environmental Fund, GEF, administrados por el Banco Mundial y la organización Conservación Internacional.