13/02/15

Corazón e intestinos, vulnerables al cambio climático

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Crédito de la imagen: Espen Rasmussen / Panos

De un vistazo

  • Fenómenos extremos, como olas de calor, sequías o ciclones tienen efectos sobre la salud de diferentes maneras
  • Las olas de calor se asocian con exacerbación de enfermedades respiratorias y cardiovasculares
  • Períodos de sequía y luego lluvias abundantes afectan la calidad del agua y aumentan casos de diarrea

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[RIO DE JANEIRO] “El sistema cardiopulmonar y el tracto gastrointestinal son particularmente vulnerables a los efectos adversos del calentamiento global”, concluyó una investigación publicada en la edición de enero de la revista European Journal of Internal Medicine.
 
Los autores son los investigadores italianos Massimo Franchini y Pier Mannuccio Mannucci, quienes buscaron verificar que el cambio climático tiene el potencial de afectar a la salud humana de muchas maneras, y para ello hicieron una revisión con la ayuda de PubMed, la base de datos en línea de revistas académicas en materia de salud.
 
A partir de esta revisión, que incluyó artículos publicados hasta noviembre de 2014, los autores concluyeron que, hasta ahora, los estudios se han centrado principalmente en los efectos directos de los fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor, sequías, ciclones, tormentas tropicales, etc. y a partir de ellos se evaluaron sus impactos en la salud.
 
Las olas de calor se asocian con una exacerbación de las enfermedades respiratorias y cardiovasculares como angina de pecho y asma. El calor y la sequía también contribuyen a la incidencia de incendios, lo que expone a la población a humos y a sus partículas nocivas.
 
“Nosotros no mencionamos específicamente América Latina o el Caribe, pero cuando hablamos de las consecuencias de los ciclones y huracanes, también se puede aplicar a estos países”, dijo a SciDev.Net Mannucci, director científico de la Fundación IRCCS Ca' Granda del Hospital Maggiore Policlínico, de Milán. 
 
Un problema que afecta en particular a los países más pobres es que la desertificación y la sequía dificultan la producción de alimentos. La desnutrición resultante de este contexto es responsable de una parte importante de la mortalidad infantil. Además, la alternancia de períodos de sequía con lluvias e inundaciones dificulta la disponibilidad de agua potable, lo que está relacionado con la diarrea.
 
Pero también hay efectos indirectos importantes a considerar, como la disminución de la calidad del aire. La contaminación está relacionada con el aumento de enfermedades del sistema respiratorio.
 
Algunos agentes de enfermedades infecciosas, incluyendo los que causan el salmonela y cólera, proliferan más rápido a temperaturas más altas. En el sur de Asia y América del Sur, los brotes de malaria estaban relacionados con El Niño. Muchos zoonosis también aumentan su incidencia, porque los cambios climáticos alteran la distribución de los animales que les sirven de huéspedes.
 
En contrapartida, la revisión muestra que en las latitudes medias, el aumento de  las temperaturas pueden ayudar a reducir la incidencia de enfermedades relacionadas con el frío, como la neumonía, la bronquitis y la artritis. Sin embargo, los efectos negativos del cambio climático en la salud humana aún se consideran mayor que los positivos.
 
Ulisses Confalonieri, miembro del IPCC e investigador de la Fundación Oswaldo Cruz sobre la relación entre el cambio climático y la salud, señaló algunas limitaciones del artículo. “La revisión es exhaustiva, pero hace referencia al informe de 2007 del IPCC, y no al de 2014", señala. “Además, en algunas partes confunde el cambio climático, de origen antropogénico, con la variabilidad del clima, un fenómeno natural”.