05/11/09

Argentina crea instituto de enfermedades tropicales

Virus del dengue Crédito de la imagen: Purdue News Photos

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[BUENOS AIRES] El Congreso argentino sancionó la ley que crea el Instituto Nacional de Medicina Tropical con fines de investigación, el pasado 28 de octubre.

El nuevo centro realizará además acciones de prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades propias de climas cálidos que, con el calentamiento global, afecta a zonas cada vez más importantes del territorio nacional.

Si bien la norma no dicta el lugar dónde se establecerá el instituto, que dependerá del Ministerio de Salud de la Nación, deberá instalarse en alguna de las provincias del norte del país, áreas más castigadas por enfermedades como el dengue, la leishmaniasis, la malaria y la fiebre amarilla, entre otras.

La norteña provincia de Salta, que está construyendo ya su propio laboratorio de medicina tropical en la ciudad de Orán y cuyos diputados promovieron la ley, cuenta con buenas posibilidades de transformarse en la sede del Instituto. Pero la norma deja este asunto, así como el presupuesto y los términos de la puesta en funcionamiento, a cargo del Poder Ejecutivo Nacional.

Según le explicó a SciDev.Net Tomás Orduna, coordinador del servicio de medicina del viajero del Hospital Muñiz de Buenos Aires y experto en estos males, el cambio climático que favorece la acción de los vectores de algunas de estas enfermedades tiene que ver con la decisión tomada.

“Desde 2006 hemos sido atacados por tres enfermedades tropicales que van tomando más importancia. Una, la leishmaniasis visceral en el noreste del país; dos, la fiebre amarilla con muchos casos en monos y posible urbanización; y, tres, el dengue que atacó a lugares raros por su clima habitual como Catamarca”, expresó Orduna, referente nacional de la especialidad.

En la última temporada estival, el dengue en su forma autóctona llegó incluso hasta Buenos Aires, ubicada en 35° de latitud sur y con una situación socioecónomica y de densidad de población tal que las epidemias que pudieran surgir podrían costar muchas vidas.