24/11/13

Diseñan máquinas transgénicas para ayudar al desarrollo

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Crédito de la imagen: Flickr/igemhq

De un vistazo

  • La mayoría de los 215 trabajos de concurso iGEM son dirigidos a ayudar a países en desarrollo
  • Equipo argentino desarrolló sencillo biosensor para detectar arsénico en el agua
  • Dos grupos de Indonesia crearon dispositivos para identificar TB y toxina alimenticia

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Tecnologías baratas y portátiles para detectar agua potable contaminada y enfermedades comunes a los países en desarrollo son algunos de los trabajos ganadores de una competencia de biología sintética: la International Genetically Engineered Machine (iGEM).
 
A la competencia se presentaron 215 trabajos de más de 30 países, entre ellos Brasil, China, Costa Rica e Indonesia, y de algunos que compitieron por primera vez, como Kazajistán y Nepal. Se otorgaron premios en una serie de categorías durante un evento realizado en los Estados Unidos a comienzos de este mes (1-4 noviembre).
 
Muchos de los estudiantes que participaron “quieren hacer una diferencia en el mundo” y por lo tanto tienden a centrarse en la aplicación de tecnologías a ser usadas en los países en desarrollo, señala a SciDev.Net Meagan Lizarazo, vice presidenta de la Fundación iGEM, con sede en Estados Unidos, que organiza la competencia.
 
Varios equipos desarrollaron herramientas sencillas para detectar contaminantes en el agua, como cadmio y la bacteria causante del cólera, con el propósito de producir dispositivos  y sistemas baratos que se puedan usar en poblaciones alejadas.
 
Uno de los grupos ganadores de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, por ejemplo, desarrolló un biosensor para detectar aguas contaminadas por arsénico, que no requiere capacitación previa además de ser barato y portátil.
 
“Como vivimos en un país en desarrollo, quisimos hacer un biosensor que pudiera llegar a cualquier tipo de persona, sin importar su situación económica, su nivel educativo o dónde vive”, explica a SciDev.Net Santiago Sosa, miembro del grupo.
 
“Es importante que la gente sepa por lo menos si el agua es potable o no. Así, si el saneamiento no es aún posible, pueden modificar sus prácticas de consumo de agua”, señala.
 
Sosa y su equipo modificaron genéticamente una bacteria para que se pusiera roja en presencia del arsénico, una señal de peligro para los usuarios. El equipo ahora está desarrollando otros biosensores que se podrían usar para detectar diferentes contaminantes, como plomo, mercurio o nitratos.
 
Un equipo de Indonesia, país con una de las tasas de prevalencia de tuberculosis (TB) más alta del mundo, desarrolló un dispositivo portátil que detecta en los análisis de sangre una proteína que, se sabe, está relacionada con la enfermedad.
 
“La ausencia de herramientas confiables de diagnóstico en las áreas suburbanas, donde es más probable hallar casos de TB, es todavía un gran obstáculo en los esfuerzos de erradicación”, según el equipo de la Universidad de Indonesia.
 
Otros proyectos innovadores incluyen el trabajo de otra institución de Indonesia, el Instituto de Tecnología de Bandung, que diseñó un biosensor para detectar la aflatoxina, un contaminante de los alimentos común en muchos países en desarrollo y que puede ocasionar serios problemas de salud.

Cuando comenzó la competencia de iGEM, en 2004, solo participaron cinco equipos. Según los organizadores, en 2014 podrían competir hasta 300 grupos. Si bien pocos trabajos alcanzan el mercado “en varios se ha percibido un interés incipiente por desarrollarse más”, refiere Lizarazo.
 
Un trabajo de la Universidad de Edimburgo, del Reino Unido, en 2006, por ejemplo, que ganó un premio por desarrollar un dispositivo que indica acidez para detectar arsénico en las aguas de los países en desarrollo, ha atraído desde entonces un amplio apoyo. El equipo está tratando actualmente de comercializar esta tecnología a nivel global.
 
Vea el video producido por un equipo de la Universidad Paris Descartes de Francia, que también produjo una máquina genéticamente modificada para detectar TB y ganó uno de los grandes premios de este año:


 

La versión original de este artículo se publicó en la edición global de SciDev.Net