16/02/11

Biodiversidad no debe ser propiedad estatal

India es rica en biodiversidad, pero gana poco de los acuerdos de beneficios compartidos Crédito de la imagen: Flickr/ Find Your Feet

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La idea de que la biodiversidad es propiedad del estado, como se acordó en principio en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, es fundamentalmente errónea y sobredimensiona los potenciales beneficios comerciales, dicen K. D. Prathapan y Priyadarsanan Dharma Rajan. 

El acuerdo, conocido como ‘acceso y beneficio compartido’ (ABS, por su sigla en inglés), fue discutido en octubre pasado en la Conferencia de las Partes (COP 10), en Nagoya, Japón. Pero sigue siendo un sueño imposible y fracasará en detener las extinciones en 2050, argumentan. 

No existe casi ningún caso donde el ABS haya sido una fuente sustentable de ingresos para comunidades rurales, según Prathapan y Rajan. India es uno de los países más ricos en biodiversidad y conocimiento tradicional, pero sus ganancias por acceso y beneficio compartido han sido mínimas. Costa Rica y los países africanos han tenido una experiencia similar. 

El ABS significa un giro en el enfoque desde el valor ecológico y científico de la biodiversidad a su valor comercial, dicen los autores, y da a los estados nacionales derechos soberanos sobre los recursos biológicos tradicionalmente considerados como un patrimonio común. Aunque la nacionalización intenta contrarrestar las patentes corporativas, pasa por alto la interdependencia de las naciones respecto de los recursos genéticos. 

Los países del Sur, que son los que más pierden con la disminución de la biodiversidad, debieran darse cuenta de que los beneficios comerciales derivados de compartir la biodiversidad son el atajo errado hacia el desarrollo y no se volverán una fuente de ingreso sustentable para las comunidades rurales, dicen.

En lugar de eso, cambiar los derechos de propiedad intelectual para favorecer las investigaciones colaborativas Sur y Norte-Sur, es una estrategia que vale la pena desarrollar. 

India, que será sede de la próxima COP en 2012, tiene la responsabilidad de asumir el liderazgo para abordar este tema, concluyen los autores. 

Enlace al artículo completo en Current Science [105kB]