17/05/10

Tsunami dañó ecosistemas y cambió la costa chilena

Donde ahora hay mar, antes del tsunami estaba la playa de Bucalemu Crédito de la imagen: Rafael Almar

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[SANTIAGO] El tsunami que azotó a Chile el 27 de febrero pasado hizo desaparecer 9.000 toneladas de arena que formaban una barra de diez kilómetros de largo y 150 metros de ancho en la desembocadura del río Mataquito, en Chile central.
 
Este es uno de los cambios más impactantes provocados por las olas del tsunami que siguió al terremoto que afectó a una zona de aproximadamente 550 kilómetros de largo.
 
Más al norte, en lugares como Bucalemu, Llico y Boyacura, las lagunas ubicadas entre la desembocadura de esteros también fueron barridas por las grandes olas.
 
La desaparición de dunas y lagunas dañó valiosos ecosistemas y dejó desprotegidas a pequeñas localidades costeras de los embates del Océano Pacífico.
 
“Muchas localidades quedaron conectadas directamente al mar y cambió el fondo de los esteros, lo que puede provocar inundaciones este invierno. Por lo tanto, es urgente estudiar la zona afectada y tomar medidas preventivas”, dijo a SciDev.Net Rodrigo Cienfuegos, ingeniero de la Universidad Católica, UC.
 
Cienfuegos compartió sus observaciones sobre las características y consecuencias de la inundación con otros expertos chilenos en un seminario efectuado el 6 de mayo. Todos ellos han estado evaluando las consecuencias del tsunami con científicos de otras naciones.
 
José Miguel Fariña, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UC, presentó su investigación sobre el impacto del tsunami en el humedal del Yali, en la costa central del país.  Allí 146 tipos de aves, mamíferos y plantas están en peligro de extinción después de que el mar llegara aproximadamente 70 metros tierra adentro, depositando arena y destruyendo la barrera natural que impedía el ingreso de agua salada.
 
“Los cambios morfológicos de la zona costera provocados por el tsunami están dañando el medio ambiente, porque se alteró el equilibrio entre agua dulce y salada. Esto cambió la salinidad, los niveles de  oxígeno, acidez, alcalinidad y otros parámetros. Además, puede haber aumentado la contaminación”, explica Cienfuegos.
 
El experto calcula que debido a la potencia de los ríos que arrastran muchos sedimentos, las barras protectoras deberían volver a restablecerse en unos diez años más.
 
“No podemos dejar pasar la oportunidad única de monitorear el proceso de recomposición de los rasgos costeros, especialmente en las zonas de mayor población, interés científico y ambiental”, subrayó Cienfuegos.