25/02/05

Países biodiversos piden normas de patente más estrictas

Corteza del árbol medicinal Prunus africana destinada al mercado europeo Crédito de la imagen: www.ecoport.org / A. B. Cunningham

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Los países en desarrollo, ricos en biodiversidad, hacen un llamado a establecer normatividad de patentes más estricta con el fin de prevenir que sus recursos biológicos lleguen a manos de personas que los utilicen indebidamente, y para asegurar que los beneficios obtenidos de su uso se compartan justamente.


La propuesta fue hecha en una reunión de las partes ante la Convención de las Naciones Unidas para la Diversidad Biológica, llevada a cabo del 14 al 18 de febrero en Bangkok, Tailandia.


Los proponentes incluyeron el grupo Like-Minded de los países megadiversos (LMMCs), así llamados porque entre ellos están los que tienen mayor riqueza biológica, y un grupo negociador en representación de África.


Dichos grupos propusieron un régimen obligatorio legal que exija a los usuarios de los recursos biológicos como primera medida buscar consenso informado por parte del país de origen, y segundo, asegurar que el origen de los recursos sea divulgado en aplicaciones de patente.


Los países en desarrollo dijeron que el régimen debe ser lo suficientemente amplio como para cubrir incluso productos derivados de los recursos patentados.


Sin embargo, los países desarrollados presentes en la reunión, entre ellos Australia, Canadá, la Unión Europea y Japón (los Estados Unidos no es país signatario aún) mantuvieron una posición “abierta”, sugiriendo que los beneficios compartidos pueden hacerse cumplir a través de instrumentos que ya existen.


Entre ellos están las Pautas de Bonn (Bonn Guidelines), redactadas en 2002 para ayudar a las partes de la Convención de Diversidad Biológica a implementar el acceso a los recursos genéticos.


Pero muchos de los países en desarrollo, incluidos los llamados LMMC, fueron enfáticos en la reunión de Bangkok al decir que estas pautas voluntarias no son suficientes para prevenir las violaciones a las legislaciones nacionales, ni para asegurar conformidad con la manera de compartirlos los beneficios.


Su principal preocupación es la “biopiratería”, por medio de la cual los recursos biológicos pueden ser apropiados por investigadores extranjeros y utilizados para desarrollar productos nuevos y protegidos por patentes, sin que haya beneficios para el país de origen.


El representante de Sudáfrica manifestó a los delegados que algunos instrumentos de propiedad intelectual, en lugar de promover la distribución equitativa de los beneficios, son perjudiciales. Los países en desarrollo dijeron que sería mejor buscar un régimen internacional que apoye y complemente las legislaciones nacionales, en lugar de pasar por encima de ellas.


Entre los críticos de la propuesta de los países en desarrollo, está Alan Oxley, del Centro de Estudios APEC, de la Universidad Monash, en Melbourne, Australia.


En un informe publicado al tiempo que se realizaba la reunión de Bangkok, Oxley advirtió que tomar el camino del “litigio”, en el que las patentes son reguladas fuertemente, “los riesgos destruyen los beneficios para cualquiera”. Argumenta que un enfoque basado en el mercado, en el cual los acuerdos entre los usuarios y los proveedores de los recursos genéticos se diseñen sobre la base del caso-por-caso, representa un adelanto.


Sin embargo, un sistema flexible internacional basado en acuerdos ad hoc de esta naturaleza significaría que los países en desarrollo estarían forzados a vigilar su propia biodiversidad, y no todos ellos tienen los recursos para hacerlo.


Los países pertenecientes al LMMC quieren que la Convención de Diversidad Biológica les asegure que ellos mismos puedan determinar la manera como los productos derivados de sus recursos biológicos sean usados.


Oxley sostiene que la propuesta de los países LMMC “bloquearía el desarrollo de la biotecnología”, y detendría la bioprospección, al desanimar a las compañías farmacéuticas en su intento por invertir en investigación de drogas basadas en recursos indígenas.


Los países del LMMC son Bolivia, Brasil, China, Colombia, Costa Rica, República Democrática del Congo, Ecuador, India, Indonesia, Kenya, Madagascar, Malasia, México, Perú, Filipinas, Sudáfrica y Venezuela.