15/11/16

Hallan potencial antibiótico en hormigas de Costa Rica

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Crédito de la imagen: Carlos L. de la Rosa / UCR

De un vistazo

  • Científicos de Costa Rica y EEUU estudiaron juntos hormigas de la selva tropical tica
  • Así hallaron que estos insectos producen un antibiótico capaz de combatir hongos que afectan humanos
  • También detectaron un mecanismo que puede ayudar a hacer frente a la resistencia a los antibióticos

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[COSTA RICA] Un nuevo antibiótico —ahora conocido como Selvamicina— descubierto por científicos de Costa Rica y EEUU puede convertirse en una alternativa para matar hongos que afectan a los humanos y que es menos tóxica que los compuestos disponibles hasta ahora.

Microbiólogos ambientales, químicos e informáticos de las universidades de Costa Rica (UCR), Harvard y Wisconsin-Madison comenzaron la investigación recolecando hormigas del género Apterostigma que habitan en la selva costarricense.

“Este descubrimiento nos recuerda que la riqueza ecológica de los bosques tropicales en Costa Rica tiene muchas lecciones que darnos sobre medicina y ciencia”.

Ethan van Arnam, Universidad de Harvard

Estos insectos se alimentan de un hongo que ellas mismas cultivan, pero que a su vez debe ser protegido de otro hongo parásito. Para ello, las hormigas tienen glándulas en su cuerpo que permiten el desarrollo de una bacteria del género Pseudonocardia, capaz de producir agentes antifúngicos y antibacteriales que proteger al alimento.

Al conocer este mecanismo, los investigadores aislaron la bacteria y la cultivaron en laboratorio para analizarla genéticamente. Así hallaron que combate efectivamente varios tipos de hongos, según detalla el artículo publicado en la revista PNAS (octubre).

A partir de este trabajo los investigadores crearon un antibiótico que llamaron selvamicina, en reconocimiento a la Estación Biológica La Selva, de la Organización para Estudios Tropicales (OET), ubicada al noreste de Costa Rica. Este compuesto pertenece a una clase ya conocida de antibióticos —los antimicóticos istatina A1 y a la Amfotericina B, ambos muy tóxicos—, pero tiene una estructura diferente, que le confiere menor toxicidad.

Según dijo a SciDev.Net Adrián Pinto Tomás, del Departamento de Bioquímica de la Escuela de Medicina de la UCR, quien participó en la investigación, este antibiótico puede inhibir, por ejemplo, el crecimiento de la Candida albicans, un hongo muy conocido que puede afectar a todo el organismo.

Asimismo, Pinto destacó que el conocimiento generado también podría utilizarse para reducir el desarrollo de resistencia a los antibióticos.

Según hallaron, estas hormigas usan ese antimicótico desde hace millones de años, sin que el hongo al que ataca se haya vuelto resistente, como sí sucede con los antibióticos que se emplean durante mucho tiempo en humanos.

Analizando diferentes hormigueros, los investigadores encontraron que la bacteria estudiada puede hallarse tanto en el cromosoma como en el plásmido —una especie de cromosoma extra de la célula—, lo que implica que los genes que producen el antibiótico pueden moverse entre una y otra ubicación, y así mantener su efecto.

Jon Clardy, investigador de la Universidad de Harvard que participó en la investigación, señaló que “queda todavía un largo recorrido” desde la etapa donde se encuentran ahora hasta llegar a utilizarlo en personas. “Sin embargo, ya iniciamos el proceso”, agregó.
 
Ethan van Arnam, también de la Universidad de Harvard, comentó: “Este descubrimiento nos recuerda que la riqueza ecológica de los bosques tropicales en Costa Rica tiene muchas lecciones que darnos sobre medicina y ciencia”.
 
 
Enlace al estudio completo en PNAS