19/12/16

Con trampas, erradicarán castores de Tierra del Fuego

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Crédito de la imagen: Mark Van Bergh/Smithsonian's National Zoo

De un vistazo

  • Especie invasora fue introducida en años 40 y amenaza con extenderse a norte de la Patagonia
  • En primera etapa se eliminarán castores en 8 zonas argentinas y 2 chilenas, y luego en toda la isla
  • Castores dañan la calidad de agua y toda la comunidad biológica

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[BUENOS AIRES] Aproximadamente 10.000 castores están siendo exterminados en Tierra del Fuego por el peligro que representan para la biodiversidad de esa región, compartida entre Argentina y Chile.
 
El castor (castor canadensis) es una especie invasora introducida en dicha isla binacional durante la década de 1940 y actualmente amenaza con extenderse al norte de la Patagonia.
 
“Nuestro objetivo no es matar castores sino recuperar el ambiente destruido por una especie que no tiene predadores en el sur”, dice a SciDev.Net Adrián Schiavini, cabeza del proyecto e investigador del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC/Conicet).
 
La cifra representa menos del 10 por ciento de castores que viven actualmente allí.  La intención en esta primera etapa es eliminar la especie —mediante 200 trampas reutilizables— en  ocho zonas argentinas y dos chilenas, y eventualmente extender el proyecto a toda la isla.
 
 “En tres años se volverán a medir los indicadores para ver si el ambiente acuático y terrestre vuelve a la situación antigua en términos de calidad del agua y presencia de materia orgánica. El castor transforma ríos de montaña rápidos en embalses barrosos, lo que daña la calidad de agua y a toda la comunidad biológica”, explica.
 
En un correo electrónico enviado a SciDev.Net, la Comisión de Conservación de la Sociedad Argentina para el Estudio de Mamíferos (SAREM) señaló estar de acuerdo con esta acción.
 
“La recuperación de los ambientes y su funcionalidad es fundamental. Consideramos que todo programa de erradicación de fauna exótica debe tener necesariamente estrategias de gestión y control para evitar nuevas fugas de individuos. Así también un plan público de educación que muestre socialmente el daño que ha producido el ser humano con esas introducciones”, respondió la comisión directiva de SAREM.
 
Giorgia Graells, bióloga de la Universidad Católica de Chile y coordinadora de Ciencia Austral, concuerda en que “es necesario este proyecto para evaluar la situación e iniciar la erradicación definitiva”.
 
Y agregó que este plan piloto de caza –financiado en parte por la FAO– sirve para estudiar la efectividad, los tiempos que demora [la erradicación] y sus efectos, ya que es necesario para que este mamífero no se expanda al norte.
 
También Alejandro Pietrek, investigador en zoología y ecología de la Universidad de Florida (Estados Unidos), coincide en la necesidad de emprender un proyecto así. “Hay obviamente desventajas que tienen que ver con los costos y la planificación a largo plazo, pero es claramente factible”, aunque señala que en un artículo aun en revisión proponen otras estrategias. 

Este artículo es parte de una serie sobre especies invasivas apoyado por CABI